Maia llevaba tiempo escapando de las personas, pero no fue hasta que sus miradas se cruzaron de forma inesperada que toda su vida cambio.
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Todo lo que Maia quería era terminar su ultimo año y olvidar lo que había tenido que pasar para decirle adi...
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Creí saber lo que se sentía perder tu corazón, pensé que el dolor en sus ojos era una señal de que había perdido todo, me había equivocado, a pesar de lo que decía sabía que las cosas podían tener solución, podía explicarme, decirle mis motivos para perdonar a Owen. Decirle que me quedaría en Kibao, no por ellos si no por mí, porque con ellos que logre silenciar las voces que gritaban que fracasaría, porque él había visto en nosotros lo que otros no podían.
Pensé que cuando volviera tendríamos otra oportunidad para hablar, podríamos solucionarlo y seria como en las películas corriendo a sus brazos, llorar, decirle que lo amo y besarlo. La realidad nunca es tan fácil como lo muestran las películas, desearía haber actuado distinto o quizá jamás sentir lo que siento por él.
Duele, arde y quema.
Supuse que estaría preparada para lo que me esperara cuando decidiera aparecer, error, nunca estuve preparada para este desenlace. No esperamos que Owen llamara, no esperamos que el mundo se detuviera y no pudimos evitar que todo colapsara en un segundo, agote mis lágrimas y el dolor se siente irreal. Agote mis reservas y aunque Lucas tome mi mano, Ameli este sentada en mis piernas y todos estén llorando, no estoy presente.
Estoy en la cabaña, despertando en la mañana observando su pelo resaltando con los rayos matutinos, sus ojos cerrados, sus pestañas acariciando sus pómulos y nuestros cuerpos entrelazados como si fuéramos uno; éramos uno, todo era tan perfecto hace apenas dos semanas ¿Cómo fue que paso? ¿En qué momento la perfecta vida que teníamos se evaporo? Quiero poder besarlo, entrelazar mis dedos en su pelo, sentir su corazón latir bajo la palma de mi mano, es irreal, no está pasando.
Todos dicen que después de la tormenta sale el arco iris, un recordatorio de que somos libres y después de lo malo no hay nada que lo arruine, la tormenta se convirtió en un huracán que arrasa con todo a su paso. No siento nada, en este momento estoy bloqueada, Ameli llora y lo único que soy capaz de hacer es sostenerla, nadie es capaz de calmar mi agonía, nadie es capaz de decirme saldrá bien, porque lo sabemos, la situación es extremadamente jodida.
Nadie es capaz de emitir una palabra de aliento, como se puede ser optimista en esta situación, si Owen no hubiera estado, si Owen no lo veía ahora mismo podría haber muerto, todo hubiera perdido sentido, solo nos queda esperar que nos den noticias, que su estado mejore y poder seguir disfrutando de su terquedad. Observo a Owen junto a su amiga Olive de quien no se separó en ningún momento, la situación debería ser otra, debería estar conociendo a su hermano, estar con su padre no acá, no así.
—Mi hijo está luchando por su vida mientras un animal esta suelto sin un rasguño —escucho el grito de Álvaro distante, aunque lo tenga delante—, a esto llaman justicia, dejan a un alcohólico conducir sin cuidado.
—Señor entendemos su situación...
—Un carajo, quiero que hagan su trabajo —calla al policía y Charles se pone de pie calmando a su padre.
