Capitulo 7

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Bajo del auto quedando de pie en la puerta del lado del acompañante esperando a que aparezca, llevo diez minutos espero no se haya ido, no sé a qué hora sale o si llegue tarde

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Bajo del auto quedando de pie en la puerta del lado del acompañante esperando a que aparezca, llevo diez minutos espero no se haya ido, no sé a qué hora sale o si llegue tarde. Mis dudas se desvanecen al verla salir por la puerta concentrada en su teléfono, cuando se gira a cerrar la puerta su mirada se fija en la mía y la sorpresa no tarda en invadirla mientras se apresura a donde estoy.

—¿Que se supone que estás haciendo acá? No me gusta que sepan de ti.

—Vengo a buscarte bajita, no es obvio, tras el incidente de ayer y que básicamente te obligue a ir a arte dramático, me ofrezco a ser tu chofer todos los días —aclaro con una sonrisa.

—Estás loco.

—Recién ahora lo notas.

Se gira hacia su casa y luego se gira hacia mi empujándome hacia la parte de adelante, me giro y suspira instándome a caminar, pero al no moverme vuelve a mirar hacia su casa.

—Sube a tu mugroso auto y vámonos —susurra y con una sonrisa rodeo el auto para subir viendo que sube.

Reviso mi teléfono leyendo la respuesta de Owen y arranco el auto rumbo a una escapada que no supone nada de clases aburridas o profesores renegados. Guardamos silencio durante todo el viaje, en el que ella se queda concentrada en su teléfono, espero que se dé cuenta que no nos dirigimos a la escuela.

—Este no es el camino —dice la veo con culpa—, Junior a donde me estas llevando.

—Un día diferente bajita, nada de clases hoy, vamos a divertirnos un poco —me giro hacia ella—, nadie nos va a extrañar por un día —vuelvo mi vista al camino—¿Aceptas o eres muy aburrida?

—Acepto —dice sin dudar mi sonrisa crece y golpeo el volante—, pero solo porque no quiero dar mi cara.

—Estoy de acuerdo, primera parada Bunker's.

—¿Que tienes con ese lugar?

—No podemos estar con hambre a donde vamos, necesitamos energía.

—Ya das miedo, seguro no me mataras y tiraras mi cuerpo en algún lugar desolado.

No puedo evitar reír cosa que luego hace mientras giro en la esquina donde distingo el bar y estaciono. No tiene idea de lo que le espera, no tengo pensado nada pequeño para el día de hoy deberé más favores, pero valdrá la pena, todo por mostrarle a Maia que esto no es un juego.

Apago el auto y veo como la duda comienza a invadir el rostro de Maia, agarro su mano y aparta la mirada del local para centrarla en mí, sonrió y tomo su mochila para arrojarla a la parte de atrás y bajar. Me quedo mirándola en el interior donde su mirada no se aparta de la mía hasta que decide bajar y caminamos hasta la entrada del lugar.

Como es costumbre subo a la terraza siendo seguido por ella, hace tiempo no vengo un día entre semana por la mañana, a veces extraño estar cerca de este lugar, busco alguna mesa vacía ante lo lleno que está. Siento a Maia al lado mío y agarro su mano caminando hacia la parte más tranquila, entre la multitud de cabezas distingo el inconfundible pelo de Tobías, me acerco a la mesa y veo a Lucas.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora