Capitulo 49

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No crei que el viaje seria tan largo, en parte se debe a que no averigue a donde íbamos simplemente dije que si a todo, fue un error porque pase la  mayor parte durmiendo, la carretera tiene un efecto somnoliento y con la obra termine agotada

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No crei que el viaje seria tan largo, en parte se debe a que no averigue a donde íbamos simplemente dije que si a todo, fue un error porque pase la mayor parte durmiendo, la carretera tiene un efecto somnoliento y con la obra termine agotada. No me arrepiento de dormir pero me siento sulpable de que sea el único despierto sin contar que según el GPS aun nos queda algo de camino antes de llegar esta agotado y no se como decirle que paremos un rato.

Nos detenemos en un restaurante demasiado ochentero donde me sorprende que Junior no le haga asco al lugar siendo completamente distinto a lo que frecuenta pero creo que el hambre hace que nos importe poco. Por lo que a pesar de no ser lujoso o tener una gran variedad en el menu entramos siendo invadidos por el olor a café, el lugar está vacío salvo las meseras que limpian el lugar que parece cerrar pronto.

Se encarga de pedir algo ligero para los dos que sera lo único que comemos en las últimas siete horas hasta mañana que tendremos que volver y encontrar alguna tienda abierta, dirían que dormir hace que no esté cansada, pero sería mentira. Bosteza luciendo realmente agotado, aunque anoche todos parecían ansiosos de decirle que hacer se contuvieron, por lo que ahora mi trabajo es encargarme de la locura de Junior, soy la responsable de no dejar que cometa alguna locura las cuales siempre cedo.

—Espero poder darme una ducha cuando lleguemos —murmura refregándose el rostro—, apenas ponga un pie en la casa juro que caigo dormido.

—Falta demasiado.

—Menos de una hora.

—No te gustaría refrescarte el rostro —propongo viendo que hace una mueca—, te espero.

Sonríe como si estuviera loca y se levanta yendo al baño mientras aviso que paramos a comer, creo que debimos aceptar la propuesta de Álvaro de provisiones no hubiera estado de más, pero como siempre el rubio tenía la última palabra diciendo que este viaje se trataba de descanso y no cuidados. Una parte de mi esta emocionada de salir, la otra esta temerosa de estar sola con Junior, siempre que estamos solos se encarga de desnudar todas mis inseguridades, antes intentaba ser fuerte, evitar estar cerca ahora es absurdo.

La campanilla de la puerta suena dejando entrar a un grupo demasiado ebrio salvo por el que parece controlar a todos cuando me observa llevándolos a la otra punta, Junior no tarda en volver antes que nos traigan la comida y poder retomar viaje lo antes posible. Observo a la mesa de los borrachos donde no me quitan los ojos me siento incomoda al ser vista como un pedazo de carne a los ojos de un depredador, es molesto, evito darle importancia centrándome en Junior y terminar de comer para irnos.

—Voy a comprometerme a enseñarte a manejar —confirma revisando nuevamente el mapa—, tenemos que irnos del pueblo y meternos en medio del bosque.

—No creo sea buena idea que aprenda a conducir —aseguro viéndolo reír—, disfruto ser copiloto y dormir.

Niega sonriendo cuando una silla se corre y uno de los sujetos se pone de pie acercándose a nuestra mesa, me tenso cuando se apoya observándome, Junior intenta poner distancia incorporándose, su aliento a alcohol me embriaga. Guarda su teléfono volteando a la mesa donde nos observan, se pone alerta y cierra sus manos en puño preparándose para atacar en caso de ser necesario, aunque lo último que quiero es que se meta en alguna pelea por culpa de un borracho.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora