Maia llevaba tiempo escapando de las personas, pero no fue hasta que sus miradas se cruzaron de forma inesperada que toda su vida cambio.
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Todo lo que Maia quería era terminar su ultimo año y olvidar lo que había tenido que pasar para decirle adi...
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Afilo un palo con la navaja viendo a Maia tocar desde la comodidad del sillón, más que tocar compone tocando una melodía que la tiene los últimos días metida entre las cuerdas y su libreta, no sobraron los paseos por alrededores y caminatas por el bosque descubriendo que compartimos una desconexión cuando estamos inmersos en medio de la naturaleza. En otras circunstancias necesitaría desconectar con una consola o algún electrónico que me distraiga, estos días me enseñaron algo que había olvidado, la sensación de libertad que te da escapar, porque al volver los problemas estarán esperándo.
Es un escape que nos hace reflexionar y pensar realmente que haremos al regresar, no dependo de la atencion de Maia, ella no depende de mí para hacer lo que quiera, pero disfruto ser quien inspira sus canciones, dueño de sus sonrisas, causante de su libertad y adoro que sea la dueña de mi corazón. Desde el principio quite paredes que la distanciaban de mí, derribe sus miedos dándole paso a que mostrara lo que tanto se perdía del mundo, no fue por ella que hice todo esto; fue por mí porque necesitaba recordar que soy mi propio enemigo.
Siempre quise jugar, lo que quería no era compatible con el futbol por lo que la hemofilia fue lo que realmente me obligo a salir de ese mundo, me mostro que no todo está perdido, me permitió conocer a Maia y formar Kibao. No le hubiera prestado atencion a Lucas, no hubiera conectado las piezas para ver que el friki usaba el futbol como la mayoría, una desconexión de la realidad saliendo del estudio en el que se había criado, tenía talento, pero no era su intención ser titular, Lucas no le gusta ser titular, Tobías no disfruta ser el receptor y Owen prefiere estar en la sombra.
En la banda los roles se invierten convirtiéndolos en todo lo contrario, ahora la imagen aparenta ser mi chica inspirada en canciones cursis y de superación que te pone la piel de gallina con solo escucharla, si antes se conformaban ahora el mundo tendrá que adaptarse a la revolución que se presenta. Jamás me moleste en formar parte y seguirlos en su carrera, solo vi el potencial que tenían y me asegure de unirlos, con Maia todo cambia porque quiero estar ahí cuando suba a un escenario, quiero escucharlos y ser parte del proceso de componer y tocar.
—Creo que lo tengo —me observa y asiento dejando a un lado el palo, creo que comprar una navaja me hace ser un hombre salvaje.
—Significa que tenemos otro tema —bromeo viendo que deja la guitarra para apartar los pedazos de madera y sentarse en mis piernas.
—No, me falta la letra —voltea a ver la agenda— o una parte ¿Cuándo llegan?
Saco mi teléfono revisando la ubicación de la rubia que trae a nuestra compañía para los ultimos días, decir que llevan mitad del camino es decir que falta mucho y conociendo a la rubia no querrá manejar todo el viaje por lo que pararan en algún lugar a descansar si se les hace tarde. La pequeña hermana de Marcos está obsesionada con conocer a Kibao por lo que invitamos a los demás salvo por Owen que no puede venir.
Así que mañana Maia conocerá a su primera fanática, espero que esto le ayude a tomar una decisión porque hasta el momento no tiene muy en claro que hacer, si Kibao o solitario, tiene el poder de arrasar, pero con Kibao no estaría sola, no arrancaría de cero. Corro el pelo de su cuello dejando un rastro de besos desde su oreja hasta su hombro donde me encargo de hacer desaparecer la prenda estorbosa que me dificulta tener acceso a sus pechos.
