Maia llevaba tiempo escapando de las personas, pero no fue hasta que sus miradas se cruzaron de forma inesperada que toda su vida cambio.
***
Todo lo que Maia quería era terminar su ultimo año y olvidar lo que había tenido que pasar para decirle adi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Es duro volver, a pesar que todos digan que después las cosas volverán a ser como antes la realidad es que me cuesta aceptarlo. Una parte de mi quiere correr a sus labios y como en una ridícula película de Disney besarlo para que despierte, pero la realidad es muy distinta y las personas no despiertan con un beso, todo duele más deseando que todo sea simple como en la ficción.
Aunque tenga la necesidad de retroceder y volver a mi refugio de las ultimas semanas no puedo ser una cobarde escapando de lo más valioso que tengo, es de esa forma que toco la puerta siendo recibida por una pequeña rubia que se aferra a mis piernas gritando. Ameli es la niña más encantadora y hermosa de todas, la abrazo alzándola en brazos antes de besas su regordeta mejilla que la hace reír, entro notando a Charles en el sillón durmiendo y a Frida en el marco de la cocina.
No volví a hablar mucho con ellos desde que me fui, quería terminar el año, dar los últimos exámenes y finalizar el año, ahora solo me queda esperar los resultados, mi objetivo principal esta hecho quedándome solo con Kibao. Me hace hacer silencio mientras la sigo hasta la cocina donde le sirve el desayuno a Ameli no me resisto a robarle un poco de chocolate, creo que todos la consienten de más en ese aspecto para que se quede tranquila sin hacer tanto escándalo.
—¿Esta tan mal?
—No duerme —murmura acariciando los rizos de la pequeña—, está en el hospital o el arcade todo el tiempo, es desgastante para todos.
—Lamento no poder ir —susurro sin atreverme a verla—, desde la última vez, parece que todos conocían a Junior más que yo y no sé qué puedo hacer.
—Tranquila, nadie te fuerza a verlo si no puedes, ni a quedarte; entiendo lo duro que es estar en un lugar que tiene recuerdos sin tener esa persona —toma mi mano captando mi atención—. Sabes que puedes venir cuando quieras y serás la primera en saber cualquier avance, Junior es complejo y no le gusta que lo vean con lastima.
—Es un tonto —sonrió y Ameli me mira—, tu hermano Junior es tonto.
Se encoje de hombros ignorando todo lo que la aleje de su tan preciado chocolate desconociendo el motivo real de porque su hermano parece no volver, jamás me voy a cansar de querer ser Ameli, tener su pequeña cabeza donde todo lo que dicen es real, donde no hay espacio para cosas malas y todo es una película de Disney. Besar un sapo lo convierte en príncipe, los animales hablan y al final todos son felices; creí que jamás tendría a alguien como Junior, creí que estaba destinada a estar sola viviendo en las sombras de la sociedad.
Quisiera ser fuerte para ir a verlo, pero las ultimas veces que vi a Junior no es el que conocía, desconozco tantas cosas de mi rubio que no se realmente quien es ¿Acaso es el impulsivo o el romántico cursi? Quizá sea ambas, quizá ninguna y todo este tiempo me estuve engañando, me cuesta ver que es real y que un sueño cuando todo lo que quiero es claridad.
Junior es bueno, Owen es complicado y aun no se a cuál conozco más, si a mi novio que conozco hace nueve meses o al que estuvo ayudándome por tres años a superar la porquería que me hizo. Mi cabeza es un lio intentando ordenar los hechos de uno y el otro, amo a Junior, creí que por fin tendría mi felices para siempre, ahora quiero escapar de esta tortura que se vuelven días sin noticias.
