Capitulo 44

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De todo lo que hizo Kibao esto sobrepasa lo que conocemos, si ellos están nerviosos no quiero imaginar cómo debe estar Maia, en estos momentos estaría comiéndose las uñas, salvo por un detalle, Dakota me obligo a consentirla por lo que Frida se of...

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De todo lo que hizo Kibao esto sobrepasa lo que conocemos, si ellos están nerviosos no quiero imaginar cómo debe estar Maia, en estos momentos estaría comiéndose las uñas, salvo por un detalle, Dakota me obligo a consentirla por lo que Frida se ofreció a llevarla a un spa a que la consientan siendo escolta junto a mi hermano. Por lo que rodeado de un montón de mujeres esperando terminen somos los únicos sentados en los sofás viendo a Frida conversar con la manicurista mientras Maia guarda silencio esperando que esto acabe.

Mi hermano se la está jugando, no sé que le pasa a Frida, según conto se está tomando un descanso de grabaciones aceptando algunos trabajos publicitarios que surjan en la ciudad, algo que no toca es el tema de su prometido que parece no existir. Parece estar dispuesta a fastidiar a mi hermano con quien pasa la mayor parte del tiempo junto al pequeño Charly que le hace la vida imposible teniéndolo al borde de un colapso corriendo del temperamento gruñón que busca atacarlo cada que se acerca demasiado, ahora que lo pienso los dos se parecen demasiado.

—¿Cuánto nos toca seguir esperando? —pregunta lo suficientemente alto para que Frida voltee y lo vea perdido en su Tablet, estamos de escoltas, pero eso no quita que deje su trabajo.

—El tiempo que sea necesario, es un día especial para Maia —responde y su pregunta me hace sonreír orgulloso.

—No me molestaría irme si están ocupados —mi hermano sonríe viendo a mi novia y claramente el conflicto inicia estando los bandos invertidos.

—Tu tarjeta.

Extiendo mi mano que es evaluada, doblo los dedos exigiendo el plástico que tras un gruñido me la da dándome el poder junto a Frida, dos contra dos, debería ser empate de no ser mi hermano un cachorro domesticado. Me acerco a la caja pagando las uñas, el facial y la exfoliación que Frida reservo para las dos, no sin antes reservar un masaje para cada uno, mi hermano necesita relajarse y jamás voy a negarme a un masaje. Conozco este lugar que era frecuentado por Charles cada San Valentín reservando un día relajante para los dos, sea como sea, si Frida quiere distancia y joder a mi hermano no sabe lo que le espera, no quiero un Charles cabreado todo el día, necesito paz.

—Un poco exagerado el gasto no te parece —me siento junto a mi hermano mostrándole el recibo y me estrecha con fuerza despeinándome besándome la cabeza.

—Aléjate, no me contagies tus alergias bastardo.

—¿Ahora que le pasa? —pregunta Frida volteando mientras siguen con su otra mano.

—Recuerdas los baucher para dos que solía regalarte —la mirada se le transforma y creo que si no tuviera las manos hechas me mataría.

—¿De qué lado estas? —chilla y le guiño un ojo a Maia cuando voltea—. Creí que estabas de mi lado.

—Piénsalo de esta forma, todo lo invita Charles solo tienes, como decirlo, convivir con tu ex —Charles gruñe—, encerrados en una habitación, el pack luna de miel me parecía tentador, pero elegí el de cupido.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora