Capitulo 31

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¿Realmente quería esto? La idea de pasar año nuevo lejos de mis padres era un sueño pendiente hace tiempo, estar lejos y disfrutar sin aparentar que todo estaba bien, que encajaba en lo que ellos querían

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¿Realmente quería esto? La idea de pasar año nuevo lejos de mis padres era un sueño pendiente hace tiempo, estar lejos y disfrutar sin aparentar que todo estaba bien, que encajaba en lo que ellos querían. Tener la de oportunidad reír y quizá, solo quizá, no pasar la noche encerrada comiendo y viendo la televisión, antes tenía a Rochelle con quien al cruzar la calle bastaba para alejarme de mi familia, incluso su familia resultaba más divertida.

No tuve que pensar demasiado la propuesta de Junior pasar año nuevo con él y su familia era lo único que pensaba incluso si solo eran ellos sería mejor que acabar el año encerrada, solo había un problema, nadie además del rubio y su familia sabía que pasaría año nuevo con ellos. Observo el teléfono sobre la cama antes de dar otra vuelta en la silla, que se supone que voy a decirle, que se supone deba decir.

Me voy porque pasar año nuevo lejos, con ustedes es un castigo.

Me voy con el rubio que dice amarme y me tiene idiota.

Quiero sentirme viva y no muerta.

Me invitaron a pasar año nuevo con el rubio ¿Puedo?

De ser otra persona y no haber complacido toda la vida a mis padres sería fácil, la realidad era distinta todo acto opuesto a lo que querían me convertía en una inútil que no servía para nada, estaba cansada de tantos mandatos necesito alejarme. La idea de hacerlo me aterraba, pero la necesidad de estar bien y poder hacer lo que quiera sin esperar una respuesta negativa o algo que tire abajo mis sueños era más fuerte. Nunca los quise lastimar, pero seguir así era demasiado doloroso... me dolía.

Giro arrastrando la silla hasta ver mi reflejo frente al espejo del armario, punto a mi favor, lucia bastante presentable, mi cabello lacio caía por mis hombros donde el vestido negro que use en el restaurante con Kibao se ajustaba en la cintura por un cinturón dorado que combinaba con los detalles de los zapatos negros. Mi teléfono suena iluminando la pantalla con el inconfundible rubio que me hace temblar, vuelve a ponerse negra antes de volver a brillar y apagarse para dar paso a la tercera llamada, donde armada de valor respondo cuando el timbre suena.

Maldición. Por el altavoz escuchaba las voces de mis padres que hacían eco en el piso inferior, salgo de mi cuarto para escucharlo reír donde el dorado de su pelo resalta encima de la cabeza de mi padre. El ruido de los tacos alerto a todos obligándome a ver al rubio que sonreía de lado sin quitarme los ojos al igual que mi padre que me observaba con la ceja enarcada. Armada de valor bajo y parándome delante de mi padre cuya expresión era indescifrable, podía sentir como se desarmaba toda mi armadura dando paso a la inestabilidad.

—Espero no moleste que invitara a Junior —murmuro viendo como su sonrisa borrarse.

—Lamento venir con las manos vacías, Maia dijo que no hacía falta nada —colabora quitándome un suspiro de alivio.

—No hay problema, los amigos de Maia son bienvenidos.

Acabe con mi posibilidad de escapar mi padre se hace a un lado estrechándole la mano, tomo una gran bocanada de aire haciéndole una seña para que me siga hasta el armario donde pido su chaqueta, mira detrás de mí para entregármela y agacharse a mi altura, no quiero saber que está pensando. Tengo la necesidad de abalanzarme a su cuello, salir corriendo y no ver atrás, lo único que soy capas de hacer es quedarme quieta como cobarde sin dejar de ver sus ojos.

INEVITABLE. Correr, ceder y caer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora