Derecha, izquierda, acelero, freno, doblo, esquivo, adelanto y golpeo; la cabeza palpita, el dolor aumenta, las náuseas vuelven y todo lo que quiero es no haber provocado a Kevin. Había olvidado lo que se siente ser golpeado y terminar en el suelo, si no era por Gastón que se interpuso hubiera recibido más de un golpe y creo que lo quería solo que ahora quiero dormir y no despertar.
Le entrego a Gastón el mando de la consola cansado de ganarle a Kevin sin dejarlo abandonar el último lugar, me tiro en la cama observando a los dos beber cerveza a medida que juegan, se supone que debería estar en casa de Lucas que se encarga de la fiesta de Halloween este año. Dado mi ánimo que esta por los suelos y que no querían dejarme solo tras la huida de Charles dejándome a cargo de la princesa me encuentro al cuidado del par.
—Invita a Maia –me estiro viendo a Charles desde la puerta del baño— ¿Cómo me queda? —da una vuelta jugando con la canasta en sus manos, los dos silban.
No puedo evitar reír al verlo disfrazado de lo que jura es la versión masculina de caperucita roja: una camisa blanca, bermuda roja con tirantes negros, una capa roja hasta las rodillas haciendo juego con una canasta de mimbre y unos zapatos negros y medias con volados. Niego cubriendo mi cara con la almohada, entre mis dos hermanos no se quien está más loco, siento como todo da vuelta, la idea de tener a Maia me resulta tentadora, mas no creo útil aparecerme cuando es algo que odia.
—No le gusta que me aparezca, no quiere que sus padres me vean –Kevin se ríe, pateo su cabeza—, silencio que aún no nos dices nada.
—Dije que no es nada, fue cosa de una vez –Gastón le da con el control en la cabeza ganándose la mirada de odio por parte de Charles—, si lo digo dejan de joder.
—Si –decimos al unisonó, nos observa del uno al otro volviendo al juego antes de seguir chocando con las paredes de la pista de carreras.
Me estiro a tomar agua bajo la mirada de mi hermano quien no se preocupa por dejarme solo y tener que ir a pedir dulces con mi hermana junto a los dos guardaespaldas que literalmente se piensan disfrazar como tal mientras con mi hermana nos disfrazamos de príncipe y princesa. Esto va a ser un espectáculo me guste o no voy a disfrutar llevar a la pequeña por primera vez a pedir dulces, espero sean un par de casas y no se descontrole con el azúcar queriendo todo el vecindario.
Mi hermano vuelve a su cuarto, dejo al par jugando y voy con mi hermana viéndola sentada en su mesa tomando el té con un oso polar, un unicornio y un hipopótamo rosado, todos con corona a excepción de ella que tiene una trenza con flores que Charles se encargó de hacer. No sé de dónde saco la habilidad de peinarla tan bien, pero me recuerda a la princesa Rapunzel con su pelo rubio junto al vestido rosa que compramos específicamente para pedir dulces.
Mi teléfono vibra atiendo la videollamada de Magger algo raro ya que solo se comunica por mensaje y mayormente es Lucas quien tiene trato con él. Atiendo sentándome en la cama bajo la mirada de mi hermana que le da de tomar al hipopótamo y arregla su corona inclinada, veo el techo y escucho las teclas de una computadora antes que acomode la cámara.
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INEVITABLE. Correr, ceder y caer.
RomanceMaia llevaba tiempo escapando de las personas, pero no fue hasta que sus miradas se cruzaron de forma inesperada que toda su vida cambio. *** Todo lo que Maia quería era terminar su ultimo año y olvidar lo que había tenido que pasar para decirle adi...