Capítulo 47

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EL RETORNO... 

ATENCIÓN: Pondré este mensaje en los siguientes capitulos para quienes no se hayan enterado a tiempo que retomaría la historia a tiempo. El último capitulo que subí fue el 46 y me hundí en el hiatus por mucho tiempo, siempre he tenido presente como quiero que continúe la historia y el final, me mantuve haciendo manipulaciones además de querer incursionar en el dibujo digital.  

Pedirles una disculpa por la espera, nunca tuve las intensiones de hacerlos esperar tanto, agradezco a muchos de los lectores que me escribieron durante este tiempo preguntandome si todo andaba bien, etc. Tuve muchos momentos en los que quería regresar pero no estaba conforme con lo que escribía, editaba los capitulos una y otra vez pero sentia que algo les faltaba. 

No quiero alargarme mucho con esto.

RESUMEN DEL CAPITULO 46:  Toro loco. xD Fuera de bromas, pasó una masacre, lloré escribiendo ese capitulo, es que esto se va a descontrolar y me da algo T_T miren esta manip, me duele, me quema. Thomas tu futuro es incierto, mi vida. Thomas Jr. ¿Dónde estás, bebé?


También quiero hacer el anuncio que EL REBAÑO DEL REY CORDERO abre sus puertas para recibir nuevos miembros en el grupo de Facebook, ahí podremos estar más comunicados, subimos curiosidades de la historia, manipulaciones, música y chismes del palacio. Están invitados a unirse.

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Sin más preámbulos empecemos. Perdón si hay faltas de ortografía que mis ojos no captaron, siempre se escapan.

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Capítulo 47

Adoraba la sangre, la forma en la cual salía despedida de las venas, su color, su olor, la manera en que se secaba en su piel al salpicarle; esbozaba una sonrisa y pasaba su larga lengua por la comisura de sus labios y barbilla limpiando los restos que cayeron en su rostro, todo el líquido rojo que le manchaba lo hacía sentir poderoso. Reía a carcajadas hasta el punto que su pecho dolía de placer; con las manos extendidas a cada lado sintiendo libertad.

No había notado su tétrica apariencia hasta quedar frente a un espejo, estaba bañado en sangre de los cuernos a los pies, entonces se acercó lo suficiente para ver como su rostro se desfiguraba hasta mostrar su calavera y echarse a reír continuando con su celebración. Sus palpitaciones se descontrolaron por completo y su alrededor se tornó tan oscuro que lo único que miraba era la pila de cadáveres desangrados, tuvo mucho miedo de repente, pero no podía parar de reír, sabía que había sido el perpetrador de esas muertes y no pudo detenerse.

El pitido de sus oídos fue aumentando hasta no escuchar más su risa, ahora parecían más ser gritos desgarradores en lo más profundo de su corazón sin poder recibir auxilio, estaba muriendo y no podía respirar más. La piel comenzó a desprendérsele a tirones siendo un dolor inaguantable, sus manos temblaron frente a él cuando observaba como estas iban quedándose sin carne hasta los huesos; su forma siniestra se reflejó en el espejo, desprendía maldad y tuvo terror de sí mismo.

Rey CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora