Capítulo 28

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Hola, pensé que tendría este capítulo ayer pero me tardé un poco más de lo que pensé. Gracias por los comentarios en el capitulo anterior, por cierto les dejaré una explicación sobre algunas cosas que respondí a Ady xD Tal vez les aclare dudas.

Aun así, si tienen dudas comentenlas para poder responderlas. 


Disfruten del Capitulo.

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Capítulo 28

Pudo ver sus manos manchadas de sangre escurriendo hasta caer sobre su regazo empapando las sábanas de su cama; respiró con irregularidad, tenía sus ojos muy abiertos fijándose en sus manos que temblaban. Se trataba de un engaño de su mente al despertar de una pesadilla, en un parpadeo sus manos ya no tenían sangre, aunque seguía sintiendo que si lo estaban por lo que se limpió con sus sábanas para luego masajear su sien.

— ¿Qué sucede? —escuchó una voz somnolienta a su lado sacándole otro susto. Thomas se estiró perezoso sin notar la angustia de William— ¿Aún es de día? — presintió que tendría demasiada hambre dentro de poco debido a la diversión sobre la cama con el Cordero horas atrás— Tengo hambre —anunció para sí mismo y al mismo tiempo se incorporó extendiendo sus brazos rodeándole.

William fue relajándose con ese cálido abrazo que recibió, suspiró descansando en su hombro, poco a poco fue refrescando su cabeza teniendo en cuenta que ese mismo día había llegado Thomas y no pudieron resistir el deseo de aparearse hasta quedar rendidos. Recordar la maravillosa sensación de los orgasmos hizo que sus piernas volvieran a debilitarse y su entrepierna despertaba todo gracias a Thomas.

— No —se apartó, su joven cuerpo le traicionaba, sino lograba controlarse querría más y más hasta el punto de volverse dependiente.

— ¿Qué? —el Taurino le analizó notándole un tanto preocupado— ¿Hice algo mal?

— No, no has hecho nada mal —le devolvió la mirada con una pizca de malicia— Es sólo que no puedo estar a tu lado sin pensar en aparearme —tapó su rostro con sus manos sintiéndose apenado— Me estoy dejando llevar demasiado, no sé si eso sea algo malo.

— Es totalmente normal, mi amor —bajó sus manos y besó su mejilla— Yo inclusive quiero hacerte muchas cosas cuando te tengo cerca, es razonable que sientas eso por alguien que te gusta mucho y más si se trata de mí, no me extraña que mueras por este Toro —le sacó una dulce risa alejándole de sus dudas.

— Está bien —volvió a abrazarle aliviado por sus palabras— Tuve una pesadilla —confesó sonando triste.

— ¿De qué se trataba?

Rey CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora