El rey Carnero ha muerto tras una batalla contra los Búfalos, Rocallosa se encuentra sin un regente que proteja la nación de los Ovinos, quienes son famosos por sus poderosos cuernos y cráneos. El príncipe Cordero es demasiado joven para ser coronad...
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Capítulo 19
Un suave toque acarició su mejilla mientras sus parpados se encontraban cerrados después de hacer aquella petición tan atrevida, esperaba sentir un fiero beso como el dueño de esos labios tibios que dejaron su marca en las ocasiones pasadas.
Después de haber compartido un largo rato con él aprendiendo sobre tejido óseo se dio cuenta que Thomas era un Taurino apasionado tanto en el amor y como en el estudio, le cautivó tanto escucharle hablar que supo lo valioso que era. Cualquier Ovino se enamoraría de tal conocimiento, es por eso que pasaban toda su vida dedicados al estudio ya que era una excelente cualidad que destacar al impresionar a las demás familias y pretendientes.
Escuchó su respiración cerca y se tensó en su lugar, su cuerpo fue cubierto por unos brazos firmes que le sostuvieron con delicadeza. Abrió un poco sus ojos apenas viendo sus labios antes de sentirlos apretarse a los suyos con suavidad como si temiera ser muy arrebatado y eso le agradó. Movieron sus labios muy despacio invadiéndose de esa dulce sensación que creaban en sus cuerpos, una que no tenía igual.
Los únicos sonidos en el pasillo fueron los que sus besos creaban, ese momento era sólo para ellos y lo disfrutaban después de estar ansiosos y preocupados por los malos entendidos. Si bien Thomas estuvo molesto durante el día, por las fuertes palabras de William, ahora estaba alegre deleitándose de esos labios rosas y acariciando con sus manos su cuerpo cálido que desprendía un exquisito aroma alterando al Toro, éste trataba de controlarse y así no asustar al Cordero.
Los besos fueron disminuyendo hasta que ambos se miraron de nuevo sin decir nada. William le abrazó uniendo sus frentes demostrando que era muy importante y que se sentía muy cómodo con su cercanía. Dentro de su cabeza había un corto monologo consigo mismo, aceptar que su corazón sentía algo fuerte por Thomas no fue nada fácil, al principio lo que era una negación se convirtió en un hecho, pero lo más importante es que sustituyó su preocupación por una sonrisa.
— Yo no quise... —habló con voz baja sin querer romper de forma abrupta el silencio. Quería disculparse por haber mentido con sus sentimientos—... mentir.
Thomas negó con su cabeza riendo levemente, no era necesario que William dijera nada, él le entendió a la perfección, no debía temer a las dudas, en la situación que estaban era normal que antepusieran las tradiciones y a sus mismas naciones. El Taurino buscó sus labios besándole un poco más dotándole de confianza y reafirmando su decisión de ser más sincero consigo mismo.
William se preguntó ¿Cómo alguien lograba que un corazón se sintiera gozoso con una caricia? Había cosas que no se podían explicar y esa era la característica principal en el amor, nunca se hallaría una sola palabra para describirlo. ¿Y qué es el amor? ¿Cómo saber si se está enamorado? Quizás se llegaría a confundir con un simple deseo.
