Capítulo 37

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Por un momento pensé que no podría subir temprano este capítulo xD 

Bueno, las palomitas de maíz están recién hechas, lean con calma. Les agradezco mucho los comentarios en el capitulo anterior, sé que a muchas nos emociona pensar en pequeñas crías producto del amor del Taurino y Cordero PERO no se me adelanten, la vida no es color de rosa lamentablemente T_T 

La realidad duele :C

Como siempre, haganme preguntas o comentarios sobre cualquier duda o picardia que tengan ;-)

Hay una Manip al final del capitulo.

Les dejaré este hermoso Corderito por aquí para que empiece bien el capítulo.

Les dejaré este hermoso Corderito por aquí para que empiece bien el capítulo

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Capítulo 37

William, William. Escuchó su nombre ser susurrado muy bajo, pero en aquel silencio fue muy claro.

El Cordero caminó en dirección por donde escuchó la voz, poco a poco su vista fue nublándose hasta ver la oscuridad absoluta, sus pies siguieron andando pues sabía que llegaría a ese algo o a alguien que le llamaba. Estaba muy enfocado que cuando sintió un toque en el hombro izquierdo se sobresaltó y más aún cuando giraron su cuerpo, vio que tras suyo estaba el mismísimo espíritu Carnero, Val'ar, tan siniestro y temible como le vio la primera vez, era muy alto y parecía flotar en el aire, su movimiento era como humo sobre el suelo.

Su cuerpo tembló en su presencia, le hacía sentir pequeño y amenazado, a diferencia de la primera vez que le vio en la isla maldita ahora podía percibir a la perfección el inmenso poder mágico que poseía. De repente su respiración se cortó, sintió mucho dolor cuando éste atravesó su pecho palpando su corazón.

— Aún buscas paz, Cordero. Puedo sentirlo —su voz escalofriante retumbó haciendo eco en las tinieblas— No obstante, nunca habías estado tan confundido y perdido. Puedo sentir muchos miedos que te aterrorizan de día y de noche. Lo sé todo de ti. Yo soy tú y tú eres yo, lo que anhelas también lo anhelo yo, ¿Qué es lo que más deseamos en este preciso momento?

— Luxor —apenas logró decir, su pecho dolía demasiado— Quiero saber lo que quiere que descubra de su vida.

— Él no buscaba lo mismo que tú, aunque sus propósitos fueron similares —apartó su mano del corazón para luego contemplar su joven rostro muy de cerca.

Los agujeros oscuros donde deberían de estar sus ojos parecían absorberle, los huesos de sus dedos le tocaron la mejilla poniéndole la piel erizada.

— Yo... quiero saber la verdad.

— Saber su vida no mejorará la tuya. ¿Qué ganarías al saber el pasado de alguien que ya pertenece a la luna?

— Él no descansa en paz, he soñado con él, quiere que sepa la verdad por alguna razón.

Rey CorderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora