Skyleen
Pasaban de las dos de la mañana y he estado dando vueltas como loca por toda la cama sin poder conciliar el sueño. Sentía el cuerpo caliente por dentro como por fuera, mi frente no dejaba de derramar pequeñas gotas de sudor y a veces me parecía que me faltaba el aire. No tengo ni la menor idea de donde pudo mi madre dejar nuestra caja llena de medicamentos, pero es demasiado tarde como para cruzar todo el segundo piso hasta llegar a su habitación. No quería ser impertinente, así que lo mejor que pude hacer fue levantarme de la cama e ir por un vaso con agua.
La casa estaba muy oscura y silenciosa, las únicas iluminaciones que obtenía para poder ver en donde pisaba salían de los ventanales que proyectaban la luz de la luna. Traté de hacer el menor ruido posible mientras caminaba a la cocina, ya que todos se encontraban dormidos o al menos eso creía. No puedo asegurar que Killian llegó a dormir, lo más seguro es que debe de estar revolcándose con alguna chica que estuvo disfrutando de ser humillada por él toda la noche, y no me sorprendería que aún con todo eso, haya sido ella quien le rogara por tenerlo en un ambiente más íntimo.
Que asco, tan sólo pensar en la posibilidad de tener que compartir con él la misma habitación hace que se me revuelva el estómago. No podría pasar más tiempo del necesario con Killian Knight ni aunque me pagaran toda la carrera en la mejor universidad de Nueva York. Ese chico es insoportablemente molesto y no sé qué es lo que haré en lo que resta del año, puesto que debo quedarme a vivir en esta casa y por ende, cruzarme con él todos los días hasta que logre salir de aquí.
No quiero seguir torturándome con esa idea, pero no puedo evitarlo, ya he tenido varios enfrentamientos con Killian y si me pongo a pensar en lo que me espera a partir de ahora, lo más seguro es que considere suicidarme en este preciso momento. No porque no me considere capaz de seguirle el ritmo es su tonta guerra, sino porque es prácticamente imposible que en algún momento nos llevemos bien y yo ya estoy harta de tener que pelear para poder conseguir una vida tranquila. Tolerarnos ya es un esfuerzo bastante grande, aunque parezca que no lo estamos consiguiendo. Nuestros padres tendrán que hacerse a la idea de que nosotros nunca podremos vernos como familia, ni siquiera como amigos. Sé que eso les complicará el matrimonio y que los próximos años serán muy difíciles para todos nosotros.
Esta falsa familia resultó ser un completo desastre después de todo.
Al terminar de bajar las escaleras, ya ni siquiera sentía el suelo frío bajo la planta de mis pies. Mi cuerpo se había acostumbrado a la temperatura y poco a poco comenzaba a sentirme mejor. Tal vez, lo único que necesitaba era tomar un poco de aire fresco, pero aun así decidí ir por ese vaso con agua.
Entrando a la cocina, me apresuré a abrir una de las puertas del gabinete y así poder agarrar un vaso ancho de cristal, el cual puse sobre el servidor de agua que se encontraba en la puerta izquierda del refrigerador. En cuanto estuvo lleno, recargue mi cuerpo en la encimera de mármol blanco y comencé a beberme todo el contenido como si hubiese estado sin agua por tres días. Sentí como el agua helada iba bajando por mi garganta, lo que me provocó una gran satisfacción y una extraña sensación de alivio. Cuando terminé de beberme el agua, giré mi cuerpo hacia el fregadero, pero la sombra de una persona parada en la entrada captó mi atención.
- Muy gracioso Killian, pero ¿No crees que es algo infantil?- digo de mala gana. -Ya es muy tarde para esto. Si no te importa me iré a la cama.
La sombra no se movió ni tampoco habló, simplemente se quedó firme delante de la puerta.
- ¿Killian?
El corazón me empezó a latir con fuerza y sentí como si un viento helado hubiese recorrido todo mi cuerpo. En definitiva tenía miedo de la persona que estaba parada en la oscuridad, tratando ocultar su identidad.
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Amor Inesperado (1)
RomanceSkyleen: Hay dos palabras que Killian Knight me enseñó. Pasión y odio. Creí que ya había pasado por situaciones difíciles, pero él me mostró lo que era sufrir de verdad y aun así obtener placer de ese sentimiento. Me olvidé de lo bueno y extinguí...