Killian
Me hubiera gustado decir que el tiempo pasó lento y que mis días con Skyleen no estaban contados, pero mientras más deseas que algo no llegue a pasar, es cuando más pronto sucede. Lo único que nos quedó fue aprovechar cada momento que teníamos. Nuestros padres estaban vueltos locos con los preparativos de la fiesta, por lo que se han estado quedando últimamente en la casa de verano y dejándonos solos en la mansión.
Si alguien me hubiera dicho que terminaría disfrutando de la compañía de Skyleen seguramente le habría dado una golpiza por tratar de burlarse de mí. Aunque para mi desgracia, las cosas cambiaron y lo que era imposible se convirtió en mi realidad.
Hemos pasado la mayoría de las noches juntos y algunos fines de semana en la sala de cine, viendo películas de miedo antiguas. Mi favorita ha sido ESO desde que tengo memoria, pero el día que la vimos no le prestamos ni un carajo de atención. La película, o mejor dicho mini serie, dura tres malditas horas y Skyleen tenía otros planes mejores. Aún tengo muy presente el recuerdo de la increíble mamada que me hizo antes de subirse a mi regazo y montarme. Sin duda esa chica está volviéndome completamente loco y no entiendo porqué se siente tan jodidamente bien.
Si tengo que ser sincero, Skyleen ha sido la primera y única mujer a la que he besado durante el sexo. Me permití traspasar mi límite con ella y una parte de mí se odia por haber cometido semejante estupidez, pero la otra moría de ganas por hacerlo y no se arrepiente de nada. De hecho, a partir de esa noche, nuestros besos han sido constantes, lo cual me ha generado una gran duda en mi cabeza: ¡¿QUÉ CARAJOS ESTÁ PASÁNDOME?!
Mis pensamientos están revueltos, tengo extrañas sensaciones cuando estoy cerca de Sky, mi mente no deja de proyectarme imágenes sobre su cuerpo desnudo o sus alucinantes ojos azules y su deslumbrante sonrisa. Me enferma no poder pensar en nada más que no sea ella, pero sobre todo odio no tener el control sobre ello.
Hoy celebramos el compromiso de Robert Knight y Sonia Evans, por lo tanto, debo tranquilizarme y tomar la mayor cantidad de copas para no hacer algo impulsivo como secuestrar a Skyleen y escapar de toda esta estupidez. Justo ahora me encuentro en la que se supone es mi habitación, mirándome en un espejo alargado y terminado de colocarme el ridículo saco negro encima. Son muy pocas las veces que uso algo tan elegante como un traje, pero cada vez que lo hago me aseguro de que sea completamente negro y por suerte, la temática de esta fiesta es blanco y negro.
Estoy seguro de que la mayoría de los invitados ya habrá llegado y si no bajo cuanto antes sé que mi padre vendrá a sacarme a patadas de aquí. He tratado de retrasarme el mayor tiempo posible, lo que menos quiero es tener que convivir con un montón de viejos desconocidos, que seguramente están aquí por obligación, para tratar de quedar bien con mi padre. Al menos yo no finjo estar feliz por él.
No le di más vueltas y salí de mi habitación, pero mis pies se detuvieron al pasar por la puerta de Skyleen. Estoy seguro de que ella sigue allá adentro, esperando a que su madre no la obligue a bajar y tener que soportar todo este circo. Es irónico como nos parecemos incluso en eso.
No dudé en tocar su puerta al mismo tiempo que la abría sin esperar a que me diera permiso de entrar, pero en cuanto mis ojos la encontraron en el fondo de la habitación, mirándose en el espejo alargado y con la espalda descubierta por tener la cremallera de su vestido corto color blanco abierta, mi garganta se secó al instante y me fue imposible no tener una maldita erección con esa simple imagen. En definitiva esta chica va a matarme.
- ¿Podrías ayudarme a subir la cremallera?- preguntó, haciéndose a un lado el cabello ondulado.
Cerré la puerta con una sola mano sin apartar los ojos de ella antes de acercarme lentamente mientras recorría con la mirada cada parte de su perfecto cuerpo. Me coloqué detrás de ella y nuestras miradas se cruzaron en el espejo por un breve momento, hasta que mis dedos encontraron el cierre del vestido y lo fueron subiendo poco a poco, provocando de Sky cerrara los ojos y soltara un jadeo involuntario.
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Amor Inesperado (1)
RomanceSkyleen: Hay dos palabras que Killian Knight me enseñó. Pasión y odio. Creí que ya había pasado por situaciones difíciles, pero él me mostró lo que era sufrir de verdad y aun así obtener placer de ese sentimiento. Me olvidé de lo bueno y extinguí...