Killian
Hay días en los que prefiero pasar las mañanas de mis fines de semana nadando en lugar de levantar pesas, eso me ha ayudado últimamente a aclarar mis ideas cuando tengo un embrollo, pero no esperaba encontrarme a la pequeña Skyleen ahí dentro. Fue bueno ver que no se dejó rendir por sus miedos y que trataba de superarlo por sí misma. Ojalá yo pudiera ser así de valiente y dejar atrás todas las mierdas que me retienen en la oscuridad. Aunque después de tantos años, creo que ya me he acostumbrado a ello.
Mi encuentro con Sky me ayudó a pensar en algo. Es tierno que piense que aún puede seguir escapando, creo que no le quedó muy claro lo que significaba entregarse a mí, pero no estuvo nada mal volver a recordárselo en la piscina. Ella ahora me pertenece y no de la manera cursi y romántica con la que muchas chicas sueñan tener una relación. Lo mío es más una forma de asegurar que mi juguete nuevo quede intacto y limpio para el momento que quiera volver a usarlo, además me pone jodidamente caliente el hecho que yo haya sido el primer chico en la vida de Skyleen y el único al que le ha regalado el increíble sonido de sus orgasmos. Por lo que no pienso deshacerme de ella tan pronto, al menos hasta que termine de hacerle todo lo que mi mente me ha estado recomendando desde que la vi bailar ballet. Algo me dice que aprovecharemos muy bien su elasticidad.
Después de nuestro pequeño y muy ruidoso encuentro, fui directamente a la cocina, ya que el sexo de anoche me dejó completamente hambriento, pero tenía demasiada flojera como para salir de mi habitación y prepararme algo, así que aproveché que todavía era temprano y que todos seguían durmiendo muy plácidamente en sus camas. Hoy será un día bastante pesado con todo el alboroto de la visita del noviecito de Skyleen y no quiero ser partícipe de esa estupidez, no quiero disminuir mi buen humor con tanta hipocresía. Ayer pude zafarme de la cena familiar y todo el circo de las presentaciones formales, por lo que planeaba hacer exactamente lo mismo hoy, ya que el menor de mis intereses era conocer al imbécil que se atreve a tocar lo que es mío, pero no contaba con que mi mala suerte me haría una pésima jugada al momento de entrar a la cocina. Me detuve en seco en medio de la puerta cuando mis ojos encontraron a un chico de espaldas, el cual vestía pantalones beige, camisa abotonada color azul claro y un mandil atado a su cintura para cubrir la pulcritud de su ropa mientras preparaba el desayuno. Estaba dispuesto a dar media vuelta e irme a mí habitación sin importarme la maldita hambre que tengo, pero por desgracia el chico se giró hacia mí y no me dio oportunidad de salir.
- Oh vaya, esto sí que es inesperado-dijo el chico dejando la espátula sobre la encimera de la cocina. -No creí que nadie estaría despierto a estas horas.
- Esta es mi maldita casa y tú eres un jodido desconocido- reclamo.
- Lo siento. Me llamo Oliver Matthews- me extiende la mano derecha pero no la tomo. -Soy novio de Skyleen.
- Ah sí, el novio- digo con desagrado.
- Tú debes de ser Killian, su hermanastro.
- Ella no es nada mío.
«Sólo un buen culo que puedo coger cada vez que yo quiera.» corrigió mi consciencia.
- Clarooo... -volvió a darme la espalda para voltear los panqueques de la sartén. -Puedo preguntar ¿Por qué en short y toalla?
- Estuve nadando un rato- respondo cortante.
- ¿No crees que es muy temprano para eso?
- No te preocupes amigo, no soy el único que disfruta el agua estas horas. Hay personas mucho más... húmedas que yo- replico con una sonrisa burlona.
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Amor Inesperado (1)
RomanceSkyleen: Hay dos palabras que Killian Knight me enseñó. Pasión y odio. Creí que ya había pasado por situaciones difíciles, pero él me mostró lo que era sufrir de verdad y aun así obtener placer de ese sentimiento. Me olvidé de lo bueno y extinguí...