Killian
Hoy era la fiesta de Jessica y la mayoría de los invitados ya estaban aquí. Pude reconocer al instante a varias personas de la universidad y por ende, a varios ligues de Jess. Sinceramente no es algo que me importe un carajo, por lo contrario, agradecía infinitamente el que a Jessica no estuviera obsesionada conmigo como todas las demás chicas que me he cogido y ahora piensan que tenemos alguna clase de relación exclusiva. De hecho, estoy casi seguro de que muchas de ellas piensan que algún día les pediré matrimonio, lo cual es completamente ridículo viniendo de alguien como yo, una persona que no tiene en su vocabulario las palabras amor y fidelidad. Me gusta divertirme, no tener responsabilidades y saciar mis necesidades masculinas con cualquier chica que de preferencia no vuelva a ver. Puede que suene como un maldito desgraciando, pero así me gusta vivir mi vida. Por suerte para mí, todo el tiempo estoy rodeado de mujeres que me ruegan por tener mi atención una noche, a lo que obviamente accedo siempre y cuando la chica esté tan guapa que me provoque una erección instantánea. Claro que hoy en día no tengo necesidad de buscarme a alguien con quien pasar el rato, estoy más que bien servido con la compañía de Skyleen. Esa chica se ha vuelto una obsesión para mí. Tan sólo pensar en besar sus carnosos labios o en enterrar mis dedos en su suave cabello rubio o volver a sentirla sin ninguna barrera, hace que me ponga duro de inmediato. Skyleen se ha vuelto un delirio para mí. La única mujer con la que quiero acostarme por ahora.
Admito que llegué a pensar que me aburriría fácilmente de una niña inexperta como ella, pero me ha estado mostrando poco a poco el lado salvaje que ha mantenido oculto por mucho tiempo, una parte de ella un tanto perversa que llega a ser atrevida y confieso que me siento jodidamente atraído hacia ella.
Nunca había conocido a alguien como Skyleen Evans. Es fascinante en muchas maneras, pero también un puto dolor en el culo por su horrible actitud desafiante. Aún no sé que haré con ella, pero me aseguraré de disfrutarla cada maldito segundo.
Los recuerdos de la noche anterior aún siguen muy vivos en mi memoria. La forma en la que se retorcía mientras gemía, como su cuerpo trataba de ir más rápido para satisfacerse, el sonido que hacían nuestros cuerpos con cada choque y lo lista que siempre está para mí. Es increíble lo perfecta que puede ser de una manera tan sensual. Me encanta el sexo con ella y sé que no debería sentirme orgulloso de lo que estamos haciendo, después de todo, estamos en una enemistad continua, pero es más mi deseo por ella que cualquier estúpida pelea.
- ¿Pensando en mí?
Mis ojos se desvían del vacío y se encuentran con un cabello rojizo rosado. Jessica. Confieso que se veía bastante bien con esa blusa morada sin tirantes muy pegada a su cuerpo y los mini shorts negros que dejaban mucho a la vista. Jess era una chica alta y delgada, no tenía tantas curvas como Skyleen y mucho menos unos pechos generosos como los de ella, pero lo que hacía a Jessica sexi era su actitud de chica mala. Entre otras cosas que sabía hacer con la lengua.
- ¿Qué estás haciendo aquí?
Desde que llegué he estado sentado en los muebles de su terraza completamente solo. Mis amigos se encontraban dispersos por el lugar y Skyleen aún no hacía acto de presencia. Algo me dice que no vendrá sólo para molestarme. Le había dejado muy en claro que viniera cuando le mande el mensaje con la dirección, pero tal parece que sigue empeñada a hacerme la vida imposible.
- Ven vamos a bailar- toma mis manos e intenta jalarme para levantarme.
- Sabes perfectamente que detesto bailar- me pongo firme, evitando que pueda moverme.
- ¿Entonces piensas quedarte toda la noche como un vegetal?
- ¿Tienes algún problema con eso?
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Amor Inesperado (1)
RomanceSkyleen: Hay dos palabras que Killian Knight me enseñó. Pasión y odio. Creí que ya había pasado por situaciones difíciles, pero él me mostró lo que era sufrir de verdad y aun así obtener placer de ese sentimiento. Me olvidé de lo bueno y extinguí...