Capítulo 15

123 7 0
                                    

Killian

Han pasado varios días desde el accidente de Skyleen y ni siquiera puedo recordar que ha pasado desde entonces. He estado ocupando mi tiempo en la universidad por las mañanas mientras que en la noche prefiero asistir a las fiestas del Inframundo en lugar de regresar a casa con la insoportable familia falsa que aún se encuentra ahí. El hecho que Skyleen y yo hayamos decidido tener una tregua no significa que vaya a cambiar mi opinión sobre el inesperado giro que mi padre le está dando a su vida. Aún me sigue pareciendo algo estúpido y molesto, pero está claro que no lo haré desistir de su matrimonio, así que es mejor para mí y para todos si por ahora mantengo mi distancia porque para ser honesto, no sé si algún día podré aceptar esta situación ni a las personas que próximamente serán parte de mi familia. Hay muchas cosas que me impiden ver esta unión con normalidad y ahora que viejos demonios de mi pasado han vuelto a mi vida me será imposible. Hay tantos secretos en la familia Knight que no podrán mantenerse ocultos por mucho tiempo, poco a poco se están reuniendo como una enorme bola de nieve y no habrá nada que la detenga en estallar frente a todos nosotros, ni siquiera mi padre. Sólo espero que esta vez las consecuencias no caigan sobre mí de nuevo.

-       Oye, ¿Estás bien?- siento un pequeño golpe en la parte trasera de mi cabeza.

Seth, Rhett y Tresh llegaron por detrás. Había olvidado que me encontraba sentado en un enorme sofá negro que se encontraba en la parte alta y exclusiva del club. Sólo invitados nuestros podían subir aquí.

-       ¿Dónde está Beck?- pregunto al notar su ausencia.

-       Abajo, ligando con la primera chica que se deje- dijo Rhett sentándose a mi lado al igual que los otros chicos.

Esta noche teníamos una fiesta y como siempre, el Inframundo estaba a tope. Las luces brillantes color azul no dejaban de parpadear al ritmo de la música, lo que provocaba que las personas estuviesen en una clase de hipnosis que no les permitía dejar de bailar. Todo el lugar olía a una combinación de cigarro y marihuana, lo cual me daba asco, yo nunca he sido gran aficionado del tabaco y mucho menos de la marihuana. Prefiero inhalar otras cosas.

Estar en este tipo de ambiente se estaba volviendo algo tedioso y aburrido, era prácticamente lo mismo siempre, ver a las personas restregar sus cuerpos junto con los de sus acompañantes o desconocidos que se encontraron en la pista mientras tomaban cantidades inmensurables de alcohol. Para nosotros, el tener tanta gente era algo beneficioso, ya que recibíamos una gran cantidad de dinero por su consumo de una sola noche, pero hay veces en las que me pregunto si las personas no se cansarán de hacer lo mismo todos los días. Bailar y ponerse ebrio o colocado suena bastante genial cuando eres joven porque te da un cierto sentimiento de pertenencia hacia la sociedad. Crees que con hacer las mismas cosas que los demás ya tienes el derecho de decir que estás viviendo la vida al máximo, aunque la verdadera cuestión es si realmente lo estás haciendo.

Por mucho tiempo me he sentado en este mismo lugar a observar a las personas que vienen aquí en busca de la tan aclamada diversión adolescente, pero veo exactamente los mismos factores en todos. Ropa llamativa y en el caso de las mujeres mucho maquillaje que haga resaltar aun más su belleza. Alcohol y drogas que los hagan tener los sentidos menos enfocados. Besuqueó y sexo con sus amigos o desconocidos. Y finalmente llega un momento en la noche donde es tanto el descontrol que terminan perdiendo por completo el conocimiento. Una noche perdida que se siente como un arrebato de una parte de tu vida.

Hay veces en las que detrás de una brillante sonrisa se oculta una de abrazadora tristeza. No puedo decir con seguridad que todos los presentes vienen a mi club porque de verdad se sienten tan felices que no saben que hacer con tanta excitación. Quizás una parte de ellos vienen para olvidar sus problemas y pretender por un instante que están bien. Yo mejor que nadie conozco ese sentimiento. Sigo huyendo de mi propia casa cuando lo que debería estar haciendo es aceptar mi pasado y resignarme a los cambios que vendrán en mi futuro. 

Amor Inesperado (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora