Killian
No había podido dormir en toda la noche por culpa de Skyleen. Después de haberla castigado, me busqué a cualquier chica que pudiera bajarme la dolorosa erección que me dejaron los gemidos de Sky. Por suerte, fue fácil para mí, ya que recibí una buena mamada de una chica cuyo nombre no me moleste en preguntar, aunque me hubiera gustado más que hubiesen sido los labios y lengua de Skyleen los que me complacieran, pero esa niña debía aprender una lección. Ya estaba harto de su actitud condescendiente y malcriada. Ni siquiera puedo describir como me sentí cuando entré a mi propio lugar y Rhett me señaló la presencia de Skyleen en la pista de baile. Mi rabia encendió todo mi cuerpo en el preciso instante en el que mis ojos vieron a aquel idiota deleitarse con el cuerpo de la que por ahora es mi mujer. Tan sólo recordar como la tenía pegada a él o como sus manos recorrían cada centímetro de ella como si fuera suya y de lo que hubiera pasado después si yo no hubiese intervenido, hace que quiera buscarlo por toda Florida y asesinarlo.
No volví a acercarme a ella, pero la miré desde la distancia, asegurándome de que ningún otro imbécil se creyera con el derecho de tocarla. Claro que después de lo que había pasado entre nosotros no pudo quedarse más tiempo sabiendo que yo me encontraba al acecho, así que dejó pasar unos minutos antes de despedirse de Tara e irse a casa. Una parte de mí se sintió complacido con su decisión y yo no tardé mucho en hacer lo mismo e irme a casa.
Había pasado toda la mañana aburrido encerrado en mi habitación, tratando de encontrar algo con lo que pasar el tiempo mientras caía la noche. Hoy era el cumpleaños de Seth y lo festejaremos en el Inframundo a lo grande. Lo hemos llamado el Seth Festival, ya que es el único fin de semana que tenemos libre y decidimos aprovecharlo haciendo cuatro fiestas continuas. La primera es la de luz negra, luego el cumpleaños de Seth, la siguiente es en casa de Jessica y por último una en la playa. Definitivamente no podía quejarme ante unos planes así, pero lo que lo haría mejor sería tener a Skyleen desnuda en mi cama.
En todo el día no la he visto, supongo que está tratando de evitarme después de lo que le hice. Me gustaría estar enojado de igual forma, pero en mi mente tengo el vivo recuerdo de la humedad entre sus piernas y con sólo eso hace que se me ponga dura al instante. No creí que me costara tanto trabajo resistirme a una chica, pero Skyleen me la está haciendo bastante difícil.
Lo que restó del día me la pase viendo una serie llamada Lucifer, no tenía ni idea de lo que se trataba, pero desde el primer capítulo me enganchó completamente, sin mencionar que muero de risa con el hombre que interpreta al diablo. De hecho, casi terminaba de ver la primera temporada cuando me di cuenta de que pasaban de las diez de la noche. Rápidamente tomo una ducha y me pongo una playera negra con el logo de Red Hot Chili Peppers, unos pantalones ajustados del mismo color, mi chaqueta y unas botas militares. Salgo de mi habitación y de la casa lo antes posible y conduzco hacia nuestro edificio. Esta era una fiesta más privada, por lo que no había personas afuera esperando para entrar. Dejé mi auto en nuestro aparcamiento y procedí a entrar.
La música sonaba fuerte, las luces azules iluminaban todo el lugar, los invitados bebían y reían, algunos incluso bailaban, pero mis amigos se encontraban en nuestra mesa de siempre.
- Hasta que por fin apareces idiota- dijo Beck levantando su trago de tequila.
- Creímos que no llegarías nunca- añade Rhett.
- Por favor, apenas son las once, no sean tan dramáticos- ruedo los ojos y me dejo caer en el sofá, quedando en medio de los cuatro.
- Espero que hayas estado varias horas cogiéndote un buen coño porque sólo así perdonaré tu retraso- replicó Seth.
- Nah, no he tenido ganas últimamente- respondo de mala gana.
- ¡Oh, por Dios! ¡Oh, por Dios!- se exaltó Beck. -¡Killian Knight no ha cogido! ¡Lo que significa que no se le ha parado!
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Amor Inesperado (1)
RomanceSkyleen: Hay dos palabras que Killian Knight me enseñó. Pasión y odio. Creí que ya había pasado por situaciones difíciles, pero él me mostró lo que era sufrir de verdad y aun así obtener placer de ese sentimiento. Me olvidé de lo bueno y extinguí...