Capítulo 40

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-¿Quién de vosotros dos prefiere morir antes? - pregunto el, señalando primero a Selene y luego a mí.

Yo gruñí a punto de saltar de nuevo como hace en unos momentos, pero sentí en mi mano un apretón de Selene.

-Ósea que tú quieres ser el primero – vuelve a decir Culebra, al ver que eche un paso adelante.

De repente vinieron los chicos de Culebra, uno de ellos le dijo algo que no le gusto a él, le disparo en el pecho quitándole el arma, el cuerpo de Richard que así se llamaba cayó al suelo, desangrándose poco a poco mientras se llevaba la mano al pecho viendo nosotros en primera fila como se esfumaba su color de sus ojos castaños, un recuerdo se me paso por la cabeza en ese instante mientras que Culebra disfrutaba por a verle matado, la muerte del padre de Selene apareció en mi cabeza, esos mismos ojos de terror al ver que se iba a morir y ese mismo miedo al ver que tu hija presencia eso.

Selene grito llorando intentando acercarse donde estaba el cuerpo tirado, la agarre impidiéndola que se acercase abrazándola a pesar de sus reproches maldiciendo cada instante que hubiese tenido que ver la muerte de alguien de nuevo.

-El no... no... o dios mío está muerto – susurro entre respiraciones aceleradas contra mi cuello clavándome sus uñas en mis brazos y espalda, cerré despacio los ojos maldiciendo de nuevo mil veces más.

La ira que empezaba a sentir por mi cuerpo y venas, mire a Culebra que seguía mirando el cuerpo del chico como si nada, luego dirigí mi mirada a Eros que me miraba con suplica para que no la liase.

Culebra frunció el ceño hacía Eros.

-No me miréis así joder se lo merecía estaba pidiéndome que no os matara quería ser el jefe – espeto con frialdad. - Además ya me había contradecido varias veces

¿Acaso era imbécil? ¡Otra persona había muerto por su culpa por nada!

Aprete los dientes, mire a Eros su rostro estaba pálido y la mirada fija en el cuerpo del muchacho, de pronto como si hubiera notado mi mirada encima suya levanto sus ojos hacía los míos.

Cuando nos miramos los dos su rostro se endureció como el mío mirando a Selene, sabía lo que me intentaba decir y estaba más de acuerdo con él, quería sacar a Selene de aquí, bien yo quería lo mismo que se fuera lejos de Culebra.

-Escúchame tienes que irte de aquí - le susurre al oído a Selene, aprovechando ese momento que Culebra estaba discutiendo con los suyos. Note como Selene se tensó y negó despacio con la cabeza, pero yo chiste y ella se inmovilizó. - Esto no es un maldito juego, rubia, vas a irte de aquí

NARRA EROS:

Tenía el corazón a mil, desbocado y el cuerpo todo el rato en tensión.

Sabía que lo que estaba planeando era un completa locura, pero también era la única manera de conseguir, aunque fuese pequeña oportunidad para que Selene pudiese escapar, ella ahora mismo era la única que importaba en estos momentos, sabía que era importante para Jasón porque lo veía en sus ojos ese brillo que tenía hacía mucho que no se lo veía.

Mire a Jasón que tenía la misma expresión tensa y decidida que yo, todavía no tenía claro del todo porque Culebra quería matar a Selene sabía algo, pero no lo suficiente había algo que se me escapaba, pero estaba más que claro que cuando saliésemos pitando de aquí si es que todo salía bien y lo conseguíamos, Jasón y yo íbamos a tener una conversación larga para que me explicase.

Me prepare cuando Jasón me hizo un gesto con su cabeza, significando que ya estaba más que preparado.

(...)

Solté a Selene del que podría ser nuestro último abrazo, la mire con dulzura, no había necesitado más que unas malditas semanas para revolver mi pecho como nunca, y sobre todo para volverme un suicida por ella.

Me miro por última vez con sus ojos humedecidos, sabiendo ella también que este podría ser nuestro último adiós.

Pero me negué en mi cabeza a que aquel fuese nuestro último adiós o final, moví mi cabeza y le di un leve beso en los labios sin importarme que fuéramos hermanastros entendía el dolor que sentía ahora pero me fue imposible no hacer ese gesto, un simple roce que me dio más fuerzas que nunca para hacer tremenda locura por ella, al segundo después Culebra me miro, yo no me corte y le taladre con mi mirada y sonreí tétricamente como solo el hacía, para después abalanzarme sobre el dispuesto a que Selene huyera para salvar su vida.

El caos se desato rápido sintiendo como mi cuerpo entraba en acción como cuando peleaba en las peleas ilegales, hacía poco más de casi tres horas que había estado en las peleas ilegales compitiendo con otro tío, pero nada que ver con Culebra.

Culebra era rápido, fuerte pero no era mejor que yo, maldije cuando recibí los primeros golpes seguidos que hicieron que me tambaleara hacia atrás por unos segundos, cayendo al suelo dándome un golpe en la cabeza.

Gruñendo desde el suelo pude ver la calle y la gente que estaba presente, Eros había golpeado a uno de los chicos de Culebra mientras que los otros como cagones no se atrevían a meterse con nosotros, Eros golpeo al tío con su cabeza consiguiendo que acabase en el suelo intentándose poner de pie, mientras tanto, Eros forcejeaba con Culebra para que soltase la pistola y no pudiera dispararme como había intentado.

Vi como Selene me había obedecido y estaba corriendo lejos del peligro, aunque poco tardo Culebra en darse cuenta.

-¡KEVIN VE A POR LA PUTA MOCOSA AHORA! - grito furioso a uno de los suyos golpeándome de nuevo, uno de sus pies me golpeo en el estómago sintiendo como el aire que retenía en mis pulmones se iba.

Como pude rodé por el frio suelo, sintiendo mis costillas ardían del dolor por la otra pelea ilegal, estaba mareado y confuso a la vez, empezaba a odiar como nunca a Culebra ni siquiera para matarme después de todo podía jugar limpio, claro porque el nunca hacía eso, pero yo también sabía jugar sucio.

Se acerco a mí lo suficiente, abrí los ojos viéndole desde las alturas del suelo, con la pistola en mano sujetándola bien fuerte, el chico que había sido golpeado por un cabezazo de Eros seguía tendido en el suelo con la mano en la cabeza.

¿Cuánto había pasado para que Kevin y otro fueran corriendo detrás de Selene? Reaccione a eso tensando mi cuerpo, pero el dolor en mi cuerpo me retuvo más en el suelo volviendo a caer, jade frustrado.

-¿Te creías que te ibas a salir con la tuya de nuevo? Sabes siempre fuiste un puto grano en el culo - gruño Culebra, cargando la pistola. - Con tu afán de ser un puto héroe por una zorra que no vale nada, te voy a matar aquí mismo y después iré a por ella y la matare también y no podrás hacer nada porque tus putos sexos estarán esparramados por el suelo – se rio unos segundos divirtiéndose como el solo sabia. - ¿A que es divertido?

Intente incorporarme de nuevo dejando a un lado el dolor que sentía acabe consiguiéndolo, sin más me tire encima de, el tirándolo al suelo acabando yo encima de él, comencé a pegarle puñetazos en su rostro uno detrás de otros hasta que vi como su nariz acabo partida, él sonrió escupiendo sangre de su boca le volví a pegar un puñetazo seco, iba a seguir descargando mi rabia en el hasta que escuche el grito de Eros.

-¡JASÓN VAMOS LA POLICIA ESTA AQUI! - rápido escuche las sirenas como se acercaban a cada segundo sin más le pegue en la cabeza otro puñetazo dejándole tendido en el suelo, me la sudaba si la policía le detenía, se lo merecía. Intento levantarse, pero no podía parar de toser.

-Ahora el que esta jodido eres tú, te veré entra las rejas hijo de puta – le dije para comenzar a caminar donde Eros me estaba esperando, no pensaba ensuciar mis manos de nuevo con sangre de una persona que había cometido más crímenes que yo, sabía en el fondo que Selene quería justicia y la iba a dejar que ella tomara las decisiones.

Sus chicos huyeron como perras acojonadas que eran, estaba llegando casi hasta donde Eros estaba cuando sentí el impacto de una bala que traspasaba mi cuerpo, sin más caí de rodillas al suelo llevándome la mano a la zona donde lo había sentido, intente hablar, pero no me salían las palabras lo último que escuche fueron los gritos de Eros.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora