Capítulo 8

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Una moto está enfrente de nosotros Jason me tiende su casco, rápido niego con mi cabeza no me pienso montar en una cosa de esas.

- Selene no estoy para seguir discutiendo - me dice mientras que guarda el dinero de antes en un bolsillo.

- No quiero morir - es lo único que me sale decirle.

- ¿Crees que voy a dejar que te pase algo?

- Si - rueda los ojos pasando sus dedos por su pelo peinándose.

- Tu madre está bastante preocupada al parecer eres toda una rebelde - ¿Acaso mi madre le ha contado cosas mías ya?

- Mi madre no me entiende - lo suelto con rabia.

- ¿Y tú a ella sí? - mi madre paso por una depresión cuando mi padre murió yo también estuve muy jodida.

- No intentes hacerme sentir como la culpable con tus palabras - hace un gesto de sorprendido por lo que acabo de decirle, la psicología es un mundo que recomendaría a mucha gente.

- ¿Me estas analizando? - miro sus gestos.

- Si, pero no me hace falta un diploma para saber lo idiota que eres - es lo último que le digo dejándole con la palabra en la boca para después montarme en la moto, no me queda de otra espero que no se note que las tengo pánico.

- Gracias por el piropo - contesta cuando esta también subido en la moto.

No me sujeto a él ni, aunque me pagaran, no quería que se sintiera importante y sobre todo no quería que viese que tenía pánico a las motos, pero como si me leyese la mente, arranca pegando un fuerte frenazo haciendo que soltase un grito del susto agarrándome a su cadera, una risa ronca sale de él riéndose de mí.

- ¡Estúpido! - le golpeo su espalda.

- ¿Qué paso? ¿Tienes miedo a las motos hermanita?

- Hermanastra y no solo que no me lo esperaba - hace el amago de acelerar fuerte cierro los ojos, pero el sin embargo sigue riéndose.

- Tendrías que verte la cara - veo que me mira por el pequeño cristal mi cara cambia a una cabreada.

- Hasta cabreada te ves preciosa - mi gesto se suaviza mirándole por el pequeño espejo por unos segundos nos quedamos viendo como cuando salió de su celda, sin más arranca suave saliendo del pequeño camino metiéndose en la carretera, me agarro un poco a su cadera, no va deprisa cosa que agradezco porque mi cuerpo parece gelatina ahora mismo de lo que estoy temblando.

El aire golpea contra nosotros coge velocidad en algunas curvas, pero yo me mantengo tranquila quiero que pase rápido este momento, nos metemos en una calla que da con nuestra casa aparca, como puedo me bajo de la moto agarrándome de su hombro, me tiemblan las piernas, el como si nada sin apenas esfuerzo baja también de la moto sacando la llave.

Llamó a la puerta, abre la puerta mi madre con una cara de preocupación al verme se tira a mis brazos llorando, se me encoge el corazón verla llorar, pero tengo que mantenerme dura con ella para que sepa que me dolió que no me contase antes la decisión que había tomado con respecto a su relación y la convivencia.

- ¿Dónde has estado? - me pregunta mi madre después de separarse de mí, veo a Mark sentado en el sofá.

- Había ido a dar una vuelta para pensar - asiente, me sorprende que aun así no me regañe.

- Lo siento hija por no contarte, pero creía que te haría ilusión y te lo tomarías bien, y Jason gracias por traerla - mi madre suelta, me lo hubiera tomado bien tal vez con un tiempo de alteración cuando lo hubiera procesado bien, Jason está detrás de mi hace un gesto despreocupado quitándose su chaqueta de cuero dirigiéndose hacia la cocina dejándonos a solas.

- No me podía ir sin arreglarlo contigo hija no quiero que estemos enfadadas, sé que he cometido un error en no contártelo - me abraza, la correspondo y sin más rompo a llorar, acabamos en el suelo yo abrazándola fuerte.

- Mi niña preciosa sé que lo pasaste muy mal, pero es hora de comenzar de cero y empezar una nueva vida, me tienes que entender - asiento, seca mis lagrimas aparatándolas con su dedo mientras que me deja un beso en la frente.

- Me acompañas a terminar de hacer mi maleta

- Si - subimos las escaleras dirigiéndonos a su habitación

Al llegar a su habitación, la ayudo a guardar las ultimas prendas que quedaban no se iba a llevar todo lo que trajo.

- Mama, ¿Qué voy a hacer cuatro meses sin ti?, una semana o un mes he podido, pero cuatro son demasiados

- Lo sé, hablaremos todos los días Jason estará aquí no te quedaras sola - la pongo una queja.

- Se que no te terminar de caer bien, pero con el tiempo os conoceréis bien

- No sé, veo algo en el que no me termina...

- Deja a un lado lo de hacer un análisis psicológico a las personas Selene - sonrió de lado.

- Está bien

- Ahora vamos a ir a cenar todos juntos como una familia que somos, mañana será otro día y tendremos que despedirnos - salimos de la habitación bajando al salón.

- Oye, que no te lo había dicho estas, preciosa - mi madre me vuelve a decir con una alegría inmensa, con sonreírla ya sabe mi respuesta.

Me siento esta vez no al lado de mi hermanastro, quedo al frente a frente, los cubiertos ya estaban puesto al igual que los platos, Mark se sienta en la mesa dándome una sonrisa, yo solo le observo, lo siento me es inevitable no hacer un análisis de cada persona.

- ¿A sí que Selene sabes cuando una persona miente? - me sorprendo la pregunta de Mark cuando ya empecemos a cenar, aunque yo no tengo mucha hambre.

- Si más o menos estudiar psicología es lo que tiene - le contesto un poco seca intentando adivinar por donde quiere ir.

- Eso está bien en esta familia no se deberían de ocultar cosas - miro a mi madre que traga fuerte intentando disimular como si no hubiera escuchado nada.

- ¿Puede ser que tu ocultes algo? - esta vez es Jason quien me mira, después de haberle hecho esa pregunta a su padre, Mark sin embargo tose tapándose educadamente su boca con una servilleta, bien Selene no dejes que intenten intimidar, si eso quiere hacer.

- No Selene yo siempre voy con la verdad por delante

- Eso espero con mi madre que lo hagas - Jason comienza a toser al haber bebido retirándose de la mesa.

Como ha dado un giro tan grande esta conversación tan rara en la cena, no lo sé, pero empezó Mark y adivinare como sea por donde quería tirar, aquí hay algo que no me huele bien, no se me siento rara.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora