Capítulo 2

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Miro por la ventana apoyada mientras que por la radio suena Kygo; Firestone, el aire golpea en mi rostro causando que los pelos se pongan en mi cara, me lo pongo por detrás de la oreja salimos por una calle que se vuelve más fría hay edificios grandes.

- ¿Mama queda mucho? - la pregunto al ver que las calles son más solitarias.

- No cariño, ya estamos llegando – mi madre tenía razón un enorme sitio con muchísima seguridad y cámaras por todos lados queda delante de nosotras.

- Creo que voy a quedarme aquí - trago duro.

- De eso nada, vamos no pasara nada – mi madre abre mi puerta tirando de mi cuando desabrocha mi cinturón.

- ¿Y si nos matan? Yo no quiero morir tan joven – la suelto mirándola con cara de miedo.

- Vamos no seas exagerada, te caerá bien confía en mi – mi madre tira de mi hasta una puerta gigante de metal con muchos pinchos por encima, un coche aparca casi a nuestro lado y de el baja un hombre que para su edad se nota que se cuida.

- Mi amor - se acerca a mi madre dejándola un beso – pongo cara de asco al estar al lado.

- Hola estoy aquí cortaros un poquito por lo menos – sonrió o por lo menos es un intento de una sonrisa cuando el mira en mi dirección.

- Tú debes ser Selene – se acerca a mi dejándome dos besos en las mejillas.

- Selene se educada por favor – mi madre me replica.

- Tranquila, cariño es normal, encantado Selene me llamo... - no le dejo terminar.

- Mark, lo sé – por las apariencias no parece un mal tipo, pero si de verdad quiere a mi madre lo tendrá que demostrar.

- Lo siento por conocernos en esta situación, pero todo ha sido rápido y mi hijo va a salir antes de lo previsto – al saber lo que a echo tu querido hijo, pienso, pero no lo digo.

- Bueno pues vamos a entrar – mi madre me mira mi falda y frunce el ceño.

- Dios que cabeza se me olvido decirte que te pusieras algo mejor – ahora yo soy la que la mira rara.

- ¿Qué tiene de malo mama si casi siempre las uso? - mi madre niega.

- No cariño no es por eso, vamos a entrar donde hay muchos hombres y... - alzo mi mano en tono de que parase.

- Entiendo lo que quieres decir, tranquila

Decido dejar hay el tema es verdad seguro que alguno al verme así me dirá algo pero que se jodan como digo yo pueden mirar mucho pero no tocar.

Entramos por fin no sin antes de que unos guardias nos obligaran a dejar nuestras pertenencias y hacernos un escaneo con una máquina que pitaba si notaba algo de metal, el chico que me escanea de arriba abajo se le nota un poco nervioso y yo solo me limito a reírme de él.

Unas grandes puertas nos esperan que tuvimos que esperar unos minutos para que la abriesen, había mucha seguridad me atrevería a decir que aquí sería imposible de escapar.

Tres guardias con sus porras están a nuestros lados cada paso que daba se notaba un poco más de frio, pasemos por unas celdas y los gritos de ellos empezaron a hacerse presente.

- Este será mi regalo anticipado de Navidad porque madre mía lo acepto – le miro rodando los ojos hasta para decir “piropos” eran malísimos.

- Que buena que esta – comenta otro que le saco mi dedo del medio.

- Mira que piernas – al pasar por una celda escucho a otro noto como se sube un poco la falda y rápido me doy la vuelta no me da tiempo a recriminarle nada cuando un guardia le da con su porra.

- Por aquí - nos guía otro de los guardias al girar.

Otras celdas aparecen, pero estas tienen algo distinto a las otras como si estuviesen un poco más de seguridad, nos paramos y una de las celdas se abre escuchando una voz ronca.

- ¡Que te den por culo tío! - le dice a otro preso cuando le intenta darle un abrazo.

El chico sale de la celda y nuestras miradas se cruzan quedándonos fijamente mirándonos, sus brazos están llenos de tatuajes, lleva como un chaleco que le tapa el pecho, su pelo es corto y marrón me fijo en sus ojos, dios sus ojos son preciosos son azules el me da una rápida mirada como si me estuviera escaneando.

- Hijoo – su padre se tira dándole un gran abrazo.

- Acompañarme no podemos estar aquí - uno de los guardias nos señala con su porra para que salgamos, me pongo al lado de mi madre me doy cuenta que el chico se da media vuelta para mirarme de nuevo se asoma una medio sonrisa.

- Hijo te presento a Catalina y a su hija Selene – mi madre le saluda muy amable yo sin embargo me quedo en el sitio que estaba sin mover ni un solo musculo, mi madre me da con su codo suavemente al ver que no me muevo, pero ni eso me anima a hacer nada me quede petrificada mirándole.

- ¿A sí que tú serás mi hermanastra no? - se asoma por su comisura de sus labios una medio sonrisa mientras que se acerca a mí y me deja un pequeño beso en la mejilla.

- Hola hermanita – me susurra para que solo lo pudiéramos escuchar los dos un escalofrió por su aliento y su voz pasa por mi cuello haciendo que me aparatarse intentando disimular como si no hubiera pasado nada.

- Tenemos muchas cosas de las que hablar así que salgamos de aquí - habla Mark rompiendo el momento incomodo que yo por lo menos si sentía.

Salimos y volvemos a tener que ser escaneados, nos dejan unas bandejas con nuestras cosas cada uno coge lo suyo cuando estamos de nuevo en la calle puedo respirar mejor, observo a el chico que no me había percatado que llevaba como una bolsa y tenía la capucha puesta mira todo a su alrededor vuelve la mirada a mí y yo rápido la aparto tocándome el pelo.

Para que mentir estaba bastante bueno.
¡Basta Selene es tu hermanastro por dios, controla esas hormonas – me grita mi subconsciente!
Valla día me espera...

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