Llegaron al sitio donde Jason la quiso llevar, una mansión se encontraba enfrente de ellos lejos de la carretera, se escuchaba el agua de la playa, cuando Selene giro su cabeza se encontró con la playa, sonrió el cielo estaba a favor y lo dejaba ver aún más hermoso.
-¿Te gusta? - le pregunto Jasón cuando bajo de la moto.
Ella se sentía muy a gusto, quería disfrutar de las vistas que tenía un poco más.
-Me encanta – contesto mirando aun la playa.
-Ven – agito su mano para que le siguiera.
Jasón salto la pared de la mansión, para un minuto después abrir la puerta de la entrada, Selene se quedó unos segundos contemplándole por lo que acababa de hacer, apenas le había costado subir la pared, Jasón se hizo a un lado para que pasara, cuando ya estaba adentro miro lo que había estaba todo tapado con unas sábanas blancas, los sofás, la mesa, las sillas hasta los pequeños cuadros que quedaban en la casa.
Jasón empezó a contemplarla con detenimiento, se fijó en sus uñas que estaban perfectamente pintadas, sus nudillos estaban algo rojos y algunos raspones pequeños, parecía como si se hubiera rozado con una pared o algo.
Su mirada brinco a su rostro, ese rostro que tan bonito le parecía, su perfecta nariz lisa, sus labios formaban una pequeña sonrisa, pero una cierta mueca sin entender porque la había traído a este sitio lejos de todo lo demás, siguió mirando sus labios que estaban rotos de todas las veces que se los mordía.
Sus pestañas eran largas, bajo sus ojos se notaba cierta ojeras pero que apenas se la notaban, como los días anteriores.
Se la veía frágil, indefensa sin poder hacer daño a nadie, como una porcelana que si no la cuidabas bien en cualquier momento se podía romper en mil pedazos.
Quería tocarla lo admitía, pero no de una manera morbosa y cruel, no, si no acariciar su rostro con delicadeza sus mejillas rosadas cuando se ponía nerviosa o tímida, pero tenía cierto miedo, por una parte, no quería que la relacionasen con el podrían hacerla daño y tampoco quería dar ilusiones de poder tener algo con ella más allá porque eran hermanastros y lo que menos quería que ella sufriese por él.
Selene se fijó en las escaleras que daba arriba, las subió despacio, el subió las escaleras detrás de ella, había habitaciones que estaban vacías una terraza con una piscina había arriba del todo cuando llegaron, Selene se quedó sorprendida por las vistas que dejaba hacia la playa.
-Que vistas – dijo Selene agarrándose a la valla que había.
- Hacía mucho que no me pasaba por aquí - al escucharlo, se dio media vuelta mirándolo intentando adivinar lo que se le pasaba por la cabeza.
-¿De quién es? - le pregunto ansiosa por saber más de la mansión.
-Un matrimonio rico, está en venta, pero nadie se ha atrevido en años a comprarla, no suelen venir casi nunca porque viven en otra parte – le confeso poniéndose a su lado mirando hacia la playa.
-Pues es una pena, porque es preciosa y no veas de las vistas – Jasón asintió dándola la razón.
-Antes de entrar a la cárcel venia mucho pocas personas saben de este sitio, es un sitio donde nadie viene a bañarse y siempre esta desierta – una ráfaga de aire vino hacia ellos haciendo que el pelo de Selene se moviera.
-¿Y porque yo? - no terminaba de entender porque la trajo porque quiso enseñarla este sitio tan precioso que solo se escuchaba el sonido del agua y los pájaros.
-Porque tú eres diferente a todos los demás Selene – esas palabras consiguieron que el estómago de ella se revolviese, empezó a sentir nervios y ella ni si quiera sabia el motivo.

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Un Nuevo Comienzo
AçãoSelene tuvo una infancia dura perdió a su padre siendo muy pequeña y lo peor que la toco presenciar la muerte de su padre, su madre y ella estuvieron en una gran depresión, hasta que decidieron cambiar de vida y también de ciudad, lo que ella no sab...