Capítulo 46

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Estaba en la cocina cuando me encontré a Eros con una taza de café, me observo mientras dejaba su taza en la mesa.

-Alguien ha pasado una mala noche - dijo, me senté enfrente de él.

-Calla no digas nada bebí hasta que mi cuerpo permitió - negó con la cabeza.

-Selene no deberías beber - bajo su taza de nuevo.

-Jasón está vivo - cuando le digo eso escupe el contenido de la taza, me mira como si tuviera cuatro ojos.

-¿Qué? - dice sin creerme.

-Ayer estuve con el estoy segura era el, te juro que... - me lleve las manos a la cabeza.

-Deberías de dejar de beber de verdad te está afectando demasiado, ya te dije Jasón está muerto yo vi cómo se caía al suelo - tragué fuerte intentando no imaginarme eso.

-Basta está bien, me voy al pequeño lago no voy a entrenar hasta esta tarde - se limpió, para después limpiar el contenido que había escupido.

-Tengo que salir, pero volveré pronto, ten cuidado tienes que estar alerta en todo - asentí no muy convencida antes de que se fuera le pregunté.

-¿Eros? ¿Si Jasón estuviera vivo me lo dirías? - dejo la puerta para acercarse a mí.

-Claro que si Selene - acaricio mi mejilla para luego después dejarme un beso en el pelo. - Ten cuidado - se despidió con un movimiento de manos.

Desayune poco, cuando termine me dirigí al pequeño lago que había me senté allí sumergiendo mis pies descalzos mire hacia el cielo, solo se escuchaba el canto de los pájaros y los árboles moverse, era muy relajante, aunque fuese un rato olvide lo de anoche, hasta que decidí meterme adentro cuando después de unas cuantas horas Eros volvió, con comida, ropa nueva y cosas higiénicas.

-Selene ¡YA LLEGUÉ! - corrí adentro para ayudarle con las cosas, suspire echaba de menos sus acaricias, aunque fuese por poco tiempo me sentía querida, extrañaba esa sensación ahora es como si me sintiera sola.

-¿Esta tarde entonces quieres entrenar? - dijo cuando vio que estaba de brazos cruzados pensando se acercó dándome un abrazo fuerte, rápido sentí su calor no llore al instante como estos días atrás pero cuando se apartó para coger mi rostro y que le mirase a los ojos solté unas cuantas lágrimas, el rápido me las aparto esa sensación me recordó a Jasón, me lo imagine que era el, Eros se fue acercando poco hasta tenerle a centímetros.

-No... no pode... - dijo, pero no hice caso a sus palabras y no sé por qué le bese.

Me correspondió el beso sentí sus brazos rodearme la cintura para subirme a la mesa de la cocina, se separó para atacar mi cuello, pero no sentía el mismo cosquilleo que sentía con Jasón, los dos reaccionamos separándonos, pasé mi mano por mi boca el me dio la espalda.

-Lo siento se me fue, pero esto no tuvo que pasar - dijo sin atreverse a mirarme, asentí, aunque no me viera bajándome de la mesa.

-Me encargo de la comida hoy - le dije el rápido salió de la cocina dejándome sola.

Me golpee con mi mano la cabeza, llamando estúpida yo sola porque lo era, dios era el puto amigo de Jasón, esto no tuvo que pasar pero es que extraño tanto esas sensaciones, pero no sentí lo mismo que con Jasón, no volverá a pasar estoy segura, esto se quedara en el olvido, me centre en limpiar la cocina y un poco la casa la mañana no tardó mucho en acabarse, me tome una pastilla para el dolor de cabeza, estaba preparando la comida, Eros no había vuelto a aparecer por la cocina hasta que no era la hora de la comida.

Antes de comer algo decidí llamar a mi madre para ver cómo estaba, recibí una mala noticia se tenía que quedar más tiempo allí por motivos de trabajo, me deseo lo mejor y que cuando volviese a casa le diera un abrazo a Jasón de su parte, me dieron ganas de decirla la verdad, pero me aguanté y fui fuerte sin romperme ni llorar, eso ya era un paso.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora