Capítulo 26

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Tire las sagas y el algodón que use a la basura, Brayan ya estaba más tranquilo para que mentir hubo uno que otro beso, pero no sé qué me pasaba, pero desde el último beso que me di con Jason, no siento lo mismo cuando besaba a Brayan, tenía mi mirada fija en el colchón, note como hacia contacto un dedo suyo frio con mi barbilla.

-¿En qué piensas? - le intente sonreír, pero salió más como una mueca.

-Nada importante – paso sus manos por mi cintura haciendo algo de fuerza para que me acercase a él, me acerque más.

-Estate quieto o se te abrirá de nuevo la herida – hizo un puchero, consiguiendo una sonrisa de mi parte.

-No sabía que eras enfermera – le mire raro para después decirle que no con mi mano.

-Bobo, no soy enfermera, mi padre me enseño algunas cosas – tenía mejor cara además de que su compañero le trajo algo de comer.

-Ven – movió su mano, tiro de mí.

Cogió mi barbilla, juntando sus labios con los míos de nuevo, pero nada no sentía ni mierda solo volvió a mí el sentimiento de culpabilidad.

-Me tengo que ir – me separe rompiendo el beso recibiendo una mirada de confusión de su parte.

-Pensé que te quedabas

-No puedo deje a Maica en casa y mira ya está amaneciendo

-Está bien, nos vemos pronto – intento besarme de nuevo, pero le quite la cara, escuche una queja de, el, pero hui de la habitación no sé qué me estaba pasando enserio.

Ni si quiera me despedí de su compañero que levanto su brazo con intención de despedirse, sus palabras se quedaron en el aire al verme salir por la puerta huyendo como nunca lo hubiera hecho.

Pensé coger un autobús, pero decidí andar, comencé a llorar por todo, estaba confusa empezaba a sentir cosas por mi hermanastro y eso no se podía, encendí mi móvil sonando sin parar avisándome de varias notificaciones diferentes, mi boca se secó al ver un mensaje del número de Jason, era un audio, fui a pulsarlo, pero rápido aparte el dedo, la intriga me mataba también así que terminé dándole al chat y pulsando el audio de él.

-Mierda Selene, has conseguido que me preocupe por ti, coge el puto teléfono - escuche atentamente, su voz ronca demostraba algo de preocupación, volví a escuchar el audio me sentía nerviosa escucharle, camine más rápido directo hacia mi casa, el cuerpo me pedía a gritos que descansase, no había dormido nada.

Lo poco que quedaba de camino corrí al llegar metí las llaves rápido encontrándome con un Jasón tirándose de los pelos, me miro su rostro cambio a uno cabreado, se dirigió hacia mí con pasos apresurados y por inercia cerré la puerta quedándome quieta.

-Se puede saber dónde demonios te has ido

Yo inspire con fuerza y susurre.

-Cuando vi caer a mi padre al suelo con dolores por los golpes que recibió se me partió el alma cuando me miro con el rostro demostrando el miedo que sentía por tener que verlo en esa situación, una parte de mi murió aquel día - él cerro momentáneamente los ojos como si le dolieran mis palabras.

-¿Por qué me cuentas eso? - abrió de nuevo los ojos con el gesto serio contestándome de manera fría.

-No lo sé – mi respuesta era firme, pero no mi voz.

Las lágrimas se estaban empezando a acumular en mis ojos de nuevo, últimamente me la pasaba más tiempo llorando que riendo.

-¿A que vino todo eso con mi amiga? - le pregunte a mi vez que me ponía furiosa al recordarlo y dolida.

El apretó su mandíbula y me miro con aquella mirada para contestarme duro.

-Estas siendo una niñata celosa ahora mismo rubia – él resoplo alejándose de mí.

Me apoye en la pared, cerrando los ojos y sentí mi corazón estrujándose, sangrando y pidiendo que alguien lo arrancase, no sabía exactamente ni yo porque le solté aquello de mi padre salió desde lo más dentro de mí, y tampoco entendí su frialdad hacia mí, me deslice por la pared hasta el suelo para empezar a sollozar fuerte.

Un crujido que provenía de las escaleras, hizo que alzase la mirada a Maica que las bajaba ya era de día, se agacho a mi altura para darme un abrazo.

-Lo siento por ser tan pésima amiga – me dijo negué tapando mi cara.

-Selene estaba preocupada ¿dónde has estado? - aparto mis manos para que la mirase.

-Fui a dar un paseo – mentí, ella no sabía nada de lo que le había pasado a Brayan.

-Menudo paseo más largo – se sentó a mi lado.

-Maica creo que me voy a dormir, hablamos cuando me despierte – apoye una mano en la pared para poder levantarme.

-Si, no has dormido nada, me voy a casa – me besa en el pelo para abrir la puerta e irse, me quede mirando unos segundos la puerta, toque mi cuello soltando una queja mi cuerpo pesaba como si mil piedras estuvieran encima de él.

Subí sin ninguna prisa las escaleras, cuando me tire a mi cama abrí las sabanas metiéndome dentro para comenzar a quitarme la ropa quedando en ropa interior me daba mucha pereza ponerme el pijama, me gire dando la espalda la puerta que estaba cerrada y en unos cuantos minutos me quede dormida.

Estaba que echaba humo por los oídos al ver entrar a Selene por la puerta, no sé porque me conto una cosa tan delicada como lo fue la muerte de su padre, me recordaba al mismo día que fui con Culebra quería mentirme a mí mismo que no pudimos ser nosotros, pero si lo fuese, no sé cómo actuaria delante de ella, delante de uno de los que participo en matar a su padre.

Vi desde la cocina como hablaba con Maica para después ella subirse y la otra irse a su casa, estaba vestido para ir a entrenar hoy tenía otra pelea, pero esta vez no era en el local si no en plena calle, claramente eran peleas ilegales y me jugaba mucho por eso tenía que andar con mil ojos.

Subí un momento a por la bolsa, me quedé en la puerta de Selene iba a golpear la puerta con mis nudillos, me lo pensé y era mejor dejar las cosas como estaban ella por su camino y yo por el mío.

Había sido un tremendo error acercarme a ella y sobre todo besarla, era mejor no meterla en mi vida de mierda lo único que se vería seria afectada, Culebra al verla tanto conmigo iba a descubrir pronto que no era de otro sitio y no había que fiarse podría usarla en contra vio que le importaba Brayan y lo menos quería es que Culebra la hiciese algo porque sería lo último que haría.

Un Nuevo ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora