Había pasado una semana, para mi parecía un siglo, no sabía nada de Jasón había intentado hablar con él, aunque llamase por la cabina, pero cuando sabía que era yo colgaba, Eros tampoco participaba en mi bienestar para mejorarlo, no quería decirme nada de Jasón, siempre me contestaba lo mismo "él está bien".
Una semana en que mi tripa poco a poco iba creciendo, mi madre por fin la daban el alta, podría ir a casa, pero eso significaba que también la tendría que contar todo, no había notado nada de mi tripa porque me ponía ropa más grande que mi talla normal.
Me pasaba las tardes, ocupada en estudiar mi carrera, mientras que estaba distraída conseguía sacarme de la cabeza a Jasón, pero en mis sueños eso era imposible, aparecía todas las noches acabando en una pesadilla con incluso gritos y noches en vela.
Sentía que estaba perdida, desorientada por completo, vacía sin él, sé que este vacío no será fácil de llenar y sé que no será fácil seguir con ella, pero Jasón tomo la decisión de sacarme de su vida y no debo entrometerme en sus decisiones.
Si su destino al salir de la cárcel es estar a mi lado, tal vez ese día que el decida volver a estar a mi lado, llegue a pasar, estaba dolida, me sentía abandonada, definitivamente estaba locamente enamorada de él, lo que no sabía que este amor y esta soledad iban a doler tanto.
Me enteré un día después de la semana pasada que Brayan había muerto y tuvo que ver en lo de Keira, sentí pena por el a pesar de todo el acabo con su vida, no me dio tiempo a conocerle cien por cien.
Ahora me dirigía a la revisión en el medico, estaba cuidándome por mi futuro hijo, había pensado que lo mejor es que me pusiera a trabajar para despejar mi mente de todo, apenas tener un minuto de descanso porque eso significaría pensar en él.
Entro al centro, me pongo a la cola hasta que me toca, la chica que está detrás de la mesa me pide los papeles, después de revisarlos me dice el número de consulta, otro más a esperar, es lo que más odiaba de todo esto porque sabía que mi mente no podría ser distraída y sería ocupada por él.
Mi móvil comienza a sonar, lo saco de mi bolso pequeño mirando que era un número que no tenía agendado, espero unos segundos decidiendo que lo iba a coger por si era algo importante.
-¿Sí? - contesto.
-¿Señorita Selene? - una voz de un hombre se escucha al otro lado.
-Si, soy yo - contesto mirando la pantallita que tenía enfrente pendiente por si me tocaba.
-La llamaba porque vi su curriculum, ¿podemos quedar para una entrevista? - me remuevo en mi asiento sonriendo.
-Si, claro, solo dime cuando - digo emocionada, después de tanta búsqueda al fin la vida me daba una nueva oportunidad.
-¿Te parece esta tarde a las cinco? - mire mi reloj, tenía todavía tiempo para prepararme.
-Me parece perfecto, nos vemos esta tarde - le conteste, se despidió amablemente.
Esperaba que esta tarde todo saliera bien y la vida no me quisiera joder de ninguna forma, era importante para mí.
Después de un buen rato en la pantalla apareció mi turno, me levante tocándome la espalda, me dolía cada vez más a menudo a pesar de los masajes que Maica me hacía, por lo menos me quitaba un poco los dolores.
Entre en la consulta que me tocaba un hombre mayor con canas en el pelo estaba sentado revisando los papeles, al escuchar que cerré la puerta dejo de revisarlos, cuando me senté me extendió su mano saludándome.
-¿Cómo te encuentras? - me pregunto mientras que revisaba mis papeles.
-A parte del dolor de espalda todo bien - le contesto.
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Un Nuevo Comienzo
AcciónSelene tuvo una infancia dura perdió a su padre siendo muy pequeña y lo peor que la toco presenciar la muerte de su padre, su madre y ella estuvieron en una gran depresión, hasta que decidieron cambiar de vida y también de ciudad, lo que ella no sab...