23. «No estoy interesada»

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No voy a mentir, la verdad es que yo había traído ropa bonita porque tenía la intención de decirle a Aitor de salir a algún sitio. Había pensado que podríamos quedar con sus amigos, la última vez me lo pasé muy bien con ellos, pero no.

Tan solo me puse el vestido perlado para salir a la tienda a comprar las cosas para el gato y para llevarlo al veterinario; donde por cierto nos dijeron que era una hembra.

Me llevé un completo chasco porque la gata acaparó gran parte de la atención de Aitor, aunque el chico de los tatuajes no dejó de mostrar interés en mí. Cuando fuimos a comprar le pregunté qué pensaba hacer con la gata, porque se suponía que íbamos a por un saco de pienso y el arenero, pero también le compró los comederos, varios juguetes, chuches y una cama.

Él me respondió que no lo sabía y me preguntó mi opinión. Yo me quedé atónita durante unos instantes porque era su casa, pero quería saber mi opinión; y yo, aunque extrañada, fui sincera y le dije que el animal crecería y lo llenaría todo de pelos negros. Después de eso, Aitor compró un rodillo adhesivo para quitar los pelos de la tela para que yo no me quejase. No obstante, dijo que le buscaría un hogar; pero que no le importaba comprar todo lo necesario porque tenía para hacerlo. También pagó la revisión del veterinario y los desparasitantes. Aquello fue caro, pero Aitor sacó la cartera encantado.

No sabía que un gato necesitaba tantos cuidados, nunca he tenido uno y la verdad es que aquello me sorprendió bastante. Me extrañé cuando Aitor le compró las pipetas para la desparasitación externa porque los gatos son animales que no salen de la casa y dentro es imposible que pillen bichos, aun así me tranquiliza saber que la gata no estará plagada de pulgas mientras estuviese dentro de su casa.

Esta mañana Aitor me ha traído al trabajo y ha dicho que pasaría a recogerme después. Se ha despedido dándome un tierno beso en los labios y deseándome suerte. Cuando he entrado Diego ya lo tenía todo preparado para las fotos. Me ha saludado con emoción y me ha mandado directa al vestuario. Después me han maquillado tal y cómo yo lo había hablado con Diego y me han dejado perfecta. Cuando me miro al espejo no soy capaz de ocultar una sonrisa, el verde me queda muy bien, me veo divina. Además estoy segura de que elegí los pendientes correctos.

Diego se ha quedado boquiabierto al verme, pero en cuestión de segundos ha recuperado la compostura y nos hemos puesto con las fotos. No sé cuántas hemos hecho, pero puedo asegurar que han sido varios cientos. Hemos probado una gran variedad de ángulos y posturas, y estoy muy satisfecha con el trabajo.

No puedo dejar de sonreír mientras Diego me muestra las fotos en la cámara.

—Creo que esta es mi favorita —dice mostrándome un primer plano de mi rostro. Mi mirada al frente y mis labios entreabiertos me hacen ver muy sensual. Asiento conforme y me separo con una sonrisa forzada al ver que estamos tan cerca que no corre el aire entre nosotros. Diego sonríe.

—Bien, pues si quieres las vemos cuando estén editadas, pero también creo que es de mis favoritas —comento amable mientras guardo las cosas en mi bolso. Me he cambiado de ropa y llevo el vestido rosa fuerte. Con el maquillaje verde parezco una flor. Además me he recogido el pelo en una cola alta para poder lucir los hombros con este vestido y ganarme una de esas miradas mal disimuladas de Aitor. Me hace sentir increíblemente bien cuando me mira como si fuese lo que más desea.

—Podemos verlas tomando un café.

Levanto la mirada y alzo ligeramente las cejas ante su propuesta. ¿Me está pidiendo una cita? No. Bueno, no lo sé. No corresponde algo tan informal en el trabajo.

—La verdad es que estoy algo ocupada —me excuso tratando de no ser grosera y me cuelgo el bolso dispuesta a salir. Diego se rasca la nuca, por un momento pienso que va a disculparse, pero no lo hace.

Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora