Mis ojos caen a su sonrisa claramente forzada, está incluso más nervioso que yo.
—Pasa —dice apartándose de la puerta de forma torpe, lo cual me parece muy tierno. Esbozo una sonrisa agradecida y entro. Cuando cierra la puerta tras de mí, me sigue hasta el final del pasillo sin tocarme y se detiene a mi lado. Su mirada me recorre por completo y, antes de que pueda reaccionar, su mano envuelve mi muñeca y tira de mí hasta que llegamos a una habitación. Apenas puedo ver el lugar porque sus labios se estrellan torpemente contra los míos y sus manos caen sobre mis caderas, tirando de mí de forma insegura.
Besar a Andy no se siente tan maravilloso como la primera vez, y no puedo evitar comparar su beso con los de Aitor; el chico frente a mí sale perdiendo.
No hablamos, de su garganta solo salen gruñidos y yo permanezco muda mientras baja la cremallera de mi vestido y después intenta desabrochar el sujetador. Le cuesta bastante, pero finalmente lo logra y aprieta mis pechos con torpeza, haciéndome algo de daño. Yo dejo caer mis manos hasta sus pantalones para desabrocharlos habilidosamente y librarme de ellos con prisa.
Ahogo una exclamación cuando me empuja haciéndome caer en la cama de espaldas. Le doy un repaso con los ojos y frunzo al ceño al percatarme de algo: no está empalmado. ¿Por qué no se le ha levantado después del manoseo? Me siento ofendida, ¿no le excita tocarme?
Se echa sobre mí y comienza a besarme el cuello y la mandíbula dando algún que otro mordisco. Estiro la mano cómo puedo hasta llevarla a su entrepierna, donde toco por encima de la tela. Nada. ¿Por qué no se le levanta? Esto no es como lo había imaginado.
Andy maldice por lo bajo y suspira.
—Dame un momento —pide.
Quiero creer que es por los nervios, pero conforme pasan los minutos y veo cómo mueve la mano por dentro de la ropa, intentando estimularse mientras mira a cualquier cosa menos a mí, me doy cuenta de que el problema soy yo.
—Déjalo, puedo escuchar el esfuerzo sobrehumano que hace intentando levantarse —bufo y salgo de la cama con prisa. Quiero llorar, he dejado que me humille de nuevo.
—Espera un momento, Lisa —pide desesperado y se acerca a mí. Puedo sentir las lágrimas a punto de caer nublando mi vista.
—No te acerques a mí —digo tomando el vestido y pasándomelo rápidamente por encima de la cabeza. Andy me obedece y se queda parado, puedo ver la pena en su mirada. No lo entiendo, ¿por qué me ha hecho venir? Él se ha lanzado, se supone que era él quien quería esto.
Le escucho murmurar mi nombre cuando paso a su lado. No me detengo y corro hacia la puerta mientras me bajo el vestido. Andy viene tras de mí, pero no digo nada, tengo un nudo en la garganta tan grande que apenas puedo respirar.
Salgo y cierro dando un portazo antes de envalentonarme por las escaleras dando algún que otro trompicón.
¿Cómo he podido ser tan estúpida?
No me esfuerzo en contener las lágrimas. Me paso el dorso de la mano para retirarlas cuando caen, sin tener cuidado con el maquillaje. No me importa, ahora no tengo la cabeza como para pensar en mi aspecto, aun así, sí que me bajo el vestido antes de echar a andar. Apenas hay un par de personas en la calle a estas horas, pero las pocas que hay no se cortan al mirarme.
No le gusto. Me ha invitado tan solo para ridiculizarme, nunca en mi vida me habían humillado de esta manera. ¿Cómo he podido ser tan ingenua? Me gustaba, pero eso ha cambiado. Ya no siento nada por Andy.
¿Y ahora qué?
No puedo volver así a casa, no quiero. Pero no tengo a quién acudir porque nadie me soporta. Nadie salvo él.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
Storie d'amoreElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...