29. «¿Amigos?»

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Mi hermana y yo comentamos por unos minutos lo del trabajo. Mamá ya me había informado de que el objetivo es anunciar algunas prendas de la nueva temporada de su colección. Otra de las condiciones que no le he contado a mi hermana es que no pienso vestir de rosa. No tengo nada en contra del rosa, sigue siendo mi color favorito y sigo usando ropa de tonos rosados, pero mi madre me redujo a una rubia más que viste de rosa y me niego a ser solo eso. Si quiere que trabaje con ella, tendrá que aceptar mis condiciones. No voy a volver a trabajar para ella aceptándolo todo ciegamente, o trabajamos juntas o nada.

Al volver a la sala tengo que contener una sonrisa. Aitor luce hastiado, se me hace hasta raro verlo así, él siempre está alegre, pero parece que hablar con Christian le quita las ganas de vivir. No se iba a morir por disimular un poco lo mal que le cae. Ni siquiera sé cuál es la razón, aunque creo que es por lo que le conté de nuestro pasado en común.

—Por fin —exclama mi novio suspirando antes de agarrarme por la cintura y darme un corto beso en los labios. Christian le estaba contando algo, pero ante la falta de atención se calla y bufa. Cuando va a abrazar a mi hermana, ella le aparta. Entre estos ha pasado algo.

Melinda se va a jugar con Minina y Chris se pasa las manos por el pelo frustrado.

—Anda, iré a hablar con ella —suspira Aitor. Alzo la mirada sorprendida, con la cabeza ladeada y el ceño fruncido.

—¿Tú? —pregunto extrañada. No desconfío, mi confianza en Aitor es plena y también confío en menor medida en Mel, pero es que no entiendo de qué tienen que hablar estos dos.

—Sí, luego te cuento —dice bajo. No me da tiempo a comentar nada—. Este quiere hablar contigo, pero que corra el aire, eh —dice con un tono más elevado para que Chris lo escuche.

—Tóxico —mascullo antes de que se aleje hacia Melinda.

Me acerco a Christian bastante resignada y un tanto temerosa, tengo miedo de lo que pueda criticar, porque las cosas entre nosotros están bastante tensas desde que Mel se fue a Francia.

Ella y Aitor han salido al jardín tras la gata, así que el chico del cabello azabache y yo nos quedamos solos en la sala. Pasan unos segundos en silencio, él me mira como si no supiera qué decir. Me está poniendo nerviosa.

—Te ves muy bien —comenta para romper el silencio. Mi primer gesto es poner una mueca, pero a esta le sigue una sonrisa sincera.

Tiene razón, y es gracias a Aitor.

—Gracias —murmuro. Al ver que aún titubea, me lanzo—. Aitor me ha dicho que querías hablar conmigo...

—Sí, yo... Te debo una disculpa.

Esto me pilla por sorpresa, ni siquiera atino a decir más que un monosílabo.

—¿Qué?

—Por lo que ocurrió. No hicimos las cosas bien y no acabamos en buenos términos; la verdad es que me gustaría arreglar eso. Eras mi mejor amiga y ha pasado mucho tiempo de eso, creo que deberíamos olvidarlo.

—Yo no estoy resentida, Christian —repongo con honestidad. No tengo nada que olvidar porque está todo perdonado y superado. Sé que lo hice mal y estoy siendo mejor persona, la mejor versión de mí.

—Tampoco tienes motivos para estarlo —comenta con un suspiro, y eso me sienta como una patada.

—¿Perdona?

—La apuesta fue idea tuya, tienes gran parte de la culpa de lo que pasó —comenta. A pesar de que habla empleando un tono tranquilo, me cabrea y me entran ganas de gritarle, pero no voy a hacerlo.

Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora