Aitor me ha rehecho la trenza; pensaba que le iba a salir mal, pero me fastidia admitir que la ha hecho incluso mejor que yo. Después me ha masajeado los pies durante veinte minutos y ha preparado la cena mientras yo esperaba sentada en una banqueta. Me ha contado cómo le ha ido el día —casi todo se puede resumir a las compras— y ha mencionado algo de un nuevo tatuaje. No he podido evitar la cara de asco, pero la he disimulado muy bien agachando la cabeza. No creo que Aitor se haya dado cuenta, estaba demasiado ocupado preparando la cena, que por cierto ha hecho unas berenjenas al horno rellenas de verduras que me han dejado con la boca abierta. Le han llevado bastante rato, pero ha insistido en que tenía ganas de que cenásemos algo decente en vez de una ensalada.
—Yo he cocinado, así que te toca fregar —dice dejando el plato en el fregadero. Frunzo el ceño y le miro mal, muy mal.
—¿Qué? Eso es muy machista —replico llevándome las manos a la cadera. Lo que acabo de decir es una tontería teniendo en cuenta que, como ha dicho, él ha hecho la cena; pero la verdad es que yo no he fregado un plato en toda mi vida, y no es una experiencia que me entusiasme vivir.
—No es machista porque soy un buen chico y voy a ayudarte, pero me parece justo que colabores —dice apoyándose de espaldas en la encimera y cruzando los brazos.
—¿No puedes poner el lavavajillas?
Aitor suelta una ligera carcajada que me hace poner mala cara, siento que se está riendo de mí.
—¿Sabes cómo funciona el lavavajillas? —pregunta divertido. La verdad es que no lo sé porque yo nunca he tenido que ponerlo, en casa es Julie quien se encarga de eso. Ante mi silencio, él comienza a explicarme algo que no le he pedido que me explique—. Hay que enjuagar los platos para ponerlo, y no voy a poner el lavavajillas para dos platos y un par de sartenes.
—¿Por qué no? —pregunto indignada.
—Porque es un desperdicio y no soy una persona que recicla para luego desperdiciar el agua.
—Eres un fastidio.
—Seguro que no sabes lavar los platos —dice divertido ignorando el exageradísimo suspiro que acabo de soltar—. Ven que te enseñe.
Bufo resignada y me acerco. Él se remanga la sudadera y yo hago lo mismo con una mueca de asco, esto solo estropea la ropa y se ve horrible.
—Vale, yo los enjuago para quitarles la suciedad, tú les das con el estropajo y luego yo lo vuelvo a enjuagar para retirarle el jabón y lo dejo en el escurridor. No es tan difícil.
—Eres idiota —escupo mientras él ríe. No necesito que me explique cómo fregar un plato porque es algo obvio—. ¿Y los guantes?
—No los necesitas y el plástico es malo para el medio ambiente.
—Fregar platos es malo para mi manicura.
Aitor me da una mirada cansada. Maldigo en voz baja y le hecho mucho jabón al estropajo. Él enjuaga primero los cubiertos y me los va pasando. Primero los tenedores y cuchillos que hemos usado para comer, y luego los que él ha empleado para cocinar.
—Ten cuidado con esto —pide pasándome el cuchillo de cocina. Yo pongo los ojos en blanco como respuesta, no soy tan torpe, puedo lavar perfectamente un cuchillo sin cortarme.
Después lavamos los platos y, por último, van las sartenes. Estoy lavando la primera cuando un poco de jabón me salta a la boca. Voy a vomitar.
Dejo caer la sartén y me paso el dorso de la mano por la boca, alarmada. Aitor rompe en sonoras carcajadas y, de no ser por la angustia que tengo ahora mismo de saber que me ha entrado jabón sucio en la boca, le recitaría todos los insultos que me sé.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...