Ayer evité con éxito la conversación pendiente; Aitor me habló sobre su jefa durante la cena y me aseguró que no tengo de qué preocuparme. En cuanto pude me encerré en la habitación y hasta ahora. No estoy preparada para salir a enfrentarle, he tenido una noche horrible.
No sé qué hora es cuando me atrevo a salir de la habitación, pero tarde seguro. Minina se restriega contra mis piernas como de costumbre manchando el pantalón de pelos negros. Ha sido una mala idea ponerme los leggins blancos que cogió Aitor, pero eso y una sudadera me ha parecido una buena combinación. Supongo que el fallo está en que la prenda es blanca y nuestra gata es negra.
Su gata. Minina es SU gata y está en su casa.
Me he pasado el cepillo rápido y me he puesto las zapatillas rosas para ir cómoda. Ni siquiera me he molestado en maquillarme. Aitor ya está más que acostumbrado a verme horrible, así que no se va a asustar.
Camino en silencio hasta la cocina y me detengo en el umbral de la puerta al escuchar una voz conocida que no es la de Aitor.
—¡Pero mira quién está aquí!
Fuerzo una sonrisa dirigida a Julio y desvío la mirada a Aitor esperando alguna explicación; podría haberme avisado y me hubiese vestido decentemente. Él me muestra una sonrisa inocente.
—Hola —respondo sonriente, mi voz sale ligeramente ronca porque llevo horas sin hablar.
—Va a llevar un recogido, lo tengo clarísimo —dice volviéndose hacia Aitor, el chico de los tatuajes sonríe y asiente con aprobación.
¿De qué habla?
Espero que alguno de los dos me explique algo, pero Julio no deja de mirarme de arriba abajo y Aitor se aleja, cuando vuelve deja una taza y un bol con fresas en la encimera. Me mira dándome una orden silenciosa y sonríe de nuevo cuando me acerco y tomo la taza de café entre ambas manos.
—Iba a preparar algo más, pero viendo la hora que es...
—Esto está bien —le interrumpo con una sonrisa sincera, mi corazón golpea con fuerza por su gesto. Mientras Julio esté aquí no tendremos esa conversación, así que por ahora estoy tranquila—. Gracias.
Julio parece sorprendido, tiene la vista fija en el bol y una sonrisa decora sus labios.
—Le he comentado que vendrás a la fiesta de esta noche para conocer a la jefa —por fin me explica Aitor con una sonrisa inocente—. Va a ayudarte a arreglarte.
Ahora es cuando caigo en la cuenta de que lo de esta noche es importante, la gente que acudirá lo es y mi imagen también. Y ahora mismo estoy hecha un desastre. Eso me quita el hambre por completo.
¿Y si no le gusto a su jefa?
Doy un respingo al sentir las manos de Aitor sobre mis hombros.
—No te preocupes y desayuna, que es tarde —añade dándome un ligero apretón antes de soltarme.
Julio se queda a comer con nosotros. Lo cierto es que estoy tan nerviosa que comer me ha costado la vida, pero Aitor me estaba mirando insistente y no ha apartado la vista de mí hasta que he dejado el plato limpio. Excepto por mis nervios, la comida ha sido bastante agradable; Julio ha estado hablando de un posible novio y de los colores tendencia o algo así. Después ha dicho que me va a ayudar con el maquillaje, pero lo cierto es que me las apaño muy bien sola. Él ha dudado de mis palabras y ha dicho que ya lo veremos.
Respiro hondo y me miro una vez más en el espejo antes de salir de la habitación. Me he puesto el vestido negro que Aitor escogió, según él, específicamente para la ocasión. Además me he enfundado unos guantes negros largos que ha traído Julio a petición de Aitor. Sin duda le dan el toque al atuendo. Así queda mil veces mejor que si el vestido hubiese tenido mangas largas.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...