16. Arte

1.4K 90 12
                                    

Me han temblado tanto las manos al ver su nombre que casi se me cae el móvil al suelo. La humillación del rechazo y el dolor del corazón roto han vuelto a mi mente.

¿Por qué me ha escrito? No he sabido nada de él en meses. Desde que me rechazó no hemos vuelto a hablar de forma amistosa, a lo mucho hemos intercambiado algún que otro saludo por educación y desde hace meses ni siquiera nos hemos cruzado por la calle. Este mensaje no tiene ningún sentido.

Cuando me quiero dar cuenta, estoy llamando a Aitor con las lágrimas acumulándose en mis ojos. Tras un par de timbres pienso que no lo va a coger, y entonces cae la primera lágrima, porque estoy sola y no tengo a nadie. Los que se suponía que eran mis amigos se alejaron, y los entiendo, nadie quiere estar con alguien como yo.

—¡Rubia!

Una sonrisa de alivio cubre mis labios cuando Aitor me saluda desde el otro lado de la línea.

—¿Estás ocupado? —pregunto, mi voz suena mucho más pequeña de lo que me había imaginado. Él se toma un momento para responder, lo que me da a entender que sí está ocupado y yo le estoy molestando.

—Dame veinte minutos y paso a por ti —responde. Mi sonrisa ahora mismo es de pura felicidad. Asiento.

—Te espero en el estudio de mi madre.

—¿Trabajando a estas horas, rubia? —pregunta con una ligera risa.

—Sufriendo diría yo.

—Me despido de esta gente y voy a buscarte, ¿vale?

—Vale —susurro antes de colgar.

¿De quién va a despedirse? ¿Habrá salido con sus amigos? Si es así, me sabe mal que los deje tirados por mí, pero no puedo evitar que eso me hinche el corazón; por primera vez soy prioridad para alguien.

Un par de minutos después, vuelvo al interior donde tiene lugar la fiesta y miro a mi alrededor pensando en si yo también debería despedirme de alguien. Debería avisar a mi madre de que me voy, pero parece que está demasiado ocupada riéndose con Melinda y algunas personas más.

No puedo irme sin decírselo a nadie, así que opto por Diego, pero Axel se cruza primero en mi campo de visión. Me apresuro hacia él con cuidado de no dar un mal paso que pueda costarme una torcedura de tobillo y le tomo del brazo para llamar su atención. Él me mira sorprendido. Lleva un cigarro en la mano y parece que se dirigía a la terraza.

—Me voy, si ves a mamá, ¿puedes decírselo? No me encuentro muy bien —mi hermano asiente con una sonrisa comprensiva.

—Estamos en las mismas, yo me estoy agobiando con tanta gente —suspira. La verdad es que dudo mucho que sea la gente lo que le agobia, creo que tiene más que ver con cierta chica de pelo azul.

—Que te sea leve —le deseo con una ligera sonrisa y le doy un apretón en el hombro. Él me devuelve la sonrisa y murmura un gracias que no alcanzo a escuchar del todo por el ruido de fondo.

Espero a Aitor en la calle con el móvil en la mano, mirando el mensaje de Andy una y otra vez. ¿Debería responderle? Se merece el beneficio de la duda, ¿verdad? Ese que nadie excepto Aitor y Melinda me ha dado a mí. Poco antes de que la apuesta llegase a su fin volví a acercarme a mi hermana, mi intención era hacerle daño, volver a ser su amiga para que al terminar la apuesta no solo perdiese a su novio, sino también a su amiga. En ese momento no pensé que yo perdería a mi hermana, no me importó. Melinda confió en mí, y le demostré lo mala que era.

Estoy tan perdida en mis pensamientos con el móvil en la mano, que no me doy cuenta de cuando Aitor para el coche justo frente a mí. De hecho, no noto su presencia hasta que está frente a mí y su mano acuna mi mejilla.

Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora