Anoche me achispé demasiado.
Cuando me levanto y veo que Aitor no está en la cama, lo primero que hago es mirar la hora en el móvil. No sé cómo llegó a mi mesilla, pero ahí está y, cuando veo que no llego tarde al trabajo, me relajo.
Estoy en bragas y no llevo sujetador. Sé que ayer me puse uno adhesivo, pero a saber Dios dónde está. Me acosté en ropa interior porque quería provocar a Aitor, pero me quedé dormida antes de que llegase a la habitación.
Empezó la noche muy guapo, arreglado con su camisa abotonada, sus anillos y bien peinado, y en el pub acabó con la camisa abierta y el pelo desordenado. Se veía ardiente. Creo que se desabotonó la camisa cuando le pedí que me esperase en la barra. También acabó la noche sin un anillo porque se lo perdí. Qué desastre. Y hablando de desastres, me dormí maquillada.
Paso por el baño y me doy una ducha rápida. Me visto con ropa cómoda pero decente para ir al trabajo y salgo de la habitación con el pelo envuelto en una toalla.
Voy directa a la cocina, sé que Aitor está allí porque tiene música puesta.
—Buenos días —digo entrando y sonrío como una tonta cuando me agarra por la cadera y me estampa los labios en la boca a modo de saludo.
—Te he hecho el café —dice cuando me suelta.
Mientras desayuno veo que ha puesto las zapatillas en la ventana para que se sequen, las ha lavado porque tuvo que andar descalzo porque a mí me dolían los pies.
—¿Qué estás escuchando? —pregunto extrañada tomando asiento en una de las banquetas. Que Aitor escuche reguetón por la mañana no es lo más normal.
—¿Te gusta? ¿Por qué no la bailas? —dice sin responder a mi pregunta y se sienta junto a mí con su taza de café.
—Está canción es horrible y estoy harta de escucharla. No sé por qué se ha puesto tan de moda —bufo y mi chico me imita.
—No te quejaste anoche cuando la pusieron en el pub, y además la bailaste muy bien —dice haciéndose el tonto, pero ya sé por dónde va la cosa.
—Ah, sí —digo poniéndome en pie y pasando por detrás de Aitor, él me persigue con la mirada—. Creo que hice algo así —digo haciendo algo de jiggle, me he puesto unos leggins que me hacen un buen culo, así que no pienso desaprovechar la oportunidad de vengarme por lo de anoche. Aitor asiente comiéndome con la mirada—. Y continué haciendo esto —llevo las manos a mis rodillas, apoyándome y sacudo el trasero de arriba abajo, haciéndolo rebotar cada vez más rápido y pasando un poco del ritmo de la música, pero en mi defensa diré que la canción no favorece mis movimientos.
Me emociono, no lo voy a negar, y bajo haciendo círculos con la cadera. Aitor ni siquiera pestañea. Continúo con las rodillas en el suelo, abriendo y cerrando las piernas mientras deslizo las manos por mi cuerpo en ascenso. Me emociono demás y cuando giro la cabeza para mover el pelo, la toalla sale lanzada, pero eso no me detiene. La canción ya está por acabar, así que decido darle un gran final. Me pongo a cuatro y sacudo el culo en círculos, después bajo y hago que rebote, golpeando el suelo con la pelvis.
Cuando la horrible canción acaba, me quedo tirada en el suelo y río mientras recupero el aliento; hasta que Aitor me aprieta una nalga y chillo.
—Puedes ver, pero no tocar —digo dándome la vuelta para quedar boca arriba.
—Venga ya, rubia. Eso no es justo —se queja.
—Si no me tocas cuando yo quiero, no me vas a tocar cuando quieras tú —repongo decidida antes de levantarme y recoger la toalla del suelo para dejarla en una banqueta.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...