MARATÓN 3/4
La cena no se alarga demasiado. No he podido negarme al postre ya que Adriana me ha recomendado probar la mousse de frutas del bosque con mucho entusiasmo y no quería hacerle el feo.
Aitor y yo no hemos retomado la conversación, el único tema que ha habido sobre la mesa durante el final de la comida ha sido el trabajo. Adriana me ha aclarado algunas cosas y hemos quedado en que mañana iré con Aitor, firmaré el contrato y empezaré a trabajar.
A pesar de que Aitor y yo no hemos continuado con nuestra intensa charla, su mano ha permanecido sobre mi muslo hasta que nos hemos tenido que levantar de las sillas; entonces también ha liberado mi pierna y he tenido que agacharme rápidamente para coger mi zapato y ponérmelo con el mayor disimulo posible.
Nos despedimos de la pareja quedando en vernos mañana y me propongo seguir a Aitor hasta el coche. Es tarde y la verdad es que estoy helada. Por culpa de la calefacción del local, la primera brisa nocturna logra erizarme la piel nada más salir.
Me abrazo a mí misma y ahogo una exclamación cuando algo suave cae sobre mis hombros, al levantar la mirada veo que Aitor se ha quitado la americana para que yo no pase frío.
Le agradezco en un murmuro acompañado de una sonrisa y camino tras él hasta llegar al coche.
Tras abrocharme el cinturón, me apoyo contra la ventana y no digo nada en todo el trayecto. Él de vez en cuando me mira de reojo, pero también se mantiene en silencio.
Al llegar salgo del coche, apretando la americana con una mano para que no se me caiga mientras sostengo mi bolso con la otra, y espero con la cabeza gacha a que Aitor abra la puerta, pero no lo hace.
Levando la mirada pasados unos segundos, él tiene las llaves en las manos pero no tiene intención de abrir la puerta, simplemente me está mirando, parece perdido en sus propios pensamientos.
Me humedezco los labios, necesito romper el pesado silencio que se ha formado a nuestro alrededor, pero las palabras no salen de mi boca.
La intensidad con la que me mira me abruma. Se acerca a mí y no me da tiempo a reaccionar antes de que su mano se pose en mi nuca y su boca se estrelle contra la mía. Sus labios se amoldan a los míos a la perfección, su lengua ya conoce mi cavidad bucal al completo y no se muestra tímida al invadirme; el piercing hace estragos, lo había extrañado más de lo que quisiera admitir. Su mano ejerce una ligera presión para pegarme más a él, y mis manos van a parar sobre su pecho, pero lejos de querer alejarle, estoy tirando de su camisa para sentirle aún más cerca.
Después de tanto tiempo, besarnos de nuevo se siente cómo respirar tras haber estado bajo el agua hasta llegar al límite.
Un jadeo ahogado escapa de mi garganta, puedo sentir la sonrisa de Aitor contra mis labios, y al separarse continúa ahí. Quita la mano de mi nuca y la usa para apartarme un mechón de pelo tras la oreja. Sus ojos permanecen en mis labios unos segundos, puedo sentir cómo mis mejillas arden, y entonces sus pupilas se clavan en las mías.
—Llevo toda la maldita noche queriendo hacer esto —confiesa usando un tono bajo y ronco que deja a mis hormonas chillando. Trago saliva sin atreverme a bajar la mirada y sonrío.
—Pues no te detengas —susurro y no me hace falta repetirlo. Sus labios se estrellan de nuevo con los míos, nuestros dientes chocan. Le echo los brazos tras él cuello y él se apresura a abrir la puerta sin despegarse de mí.
Cuando la puerta cede puedo escuchar a Minina, pero la boza de Aitor requiere toda mi atención. Él cierra la puerta y, sin romper el beso, me arrastra hasta su habitación.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...