Creo que hay cosas que Aitor las ha escogido con los ojos cerrados; o eso o tiene un gusto horrible.
Frunzo el ceño y pongo una mueca al levantar los pantalones vaqueros con el bajo de campana.
¿Quién en su sano juicio se pondría esto?
—¿Y esa cara?
Doy un respingo y ahogo un grito. Me vuelvo con la mano en el pecho para ver a Aitor apoyado en el marco de la puerta de la habitación con una sonrisa divertida.
Tengo el impulso de preguntarle si es tonto, pero lo reprimo porque me ha dejado quedarme en su casa y se ha gastado un dineral en ropa, así que solo bufo.
—Nada.
Él suelta una risita que me hace querer romper algo, pero su voz me disuade de hacerlo.
—He estado hablando con mi jefa, quiere conocerte —dice sin más; una sonrisa cargada de orgullo cubre sus labios. Tardo más de lo que me gustaría en procesarlo.
—¿Qué?
—Pasado mañana se celebra una pequeña fiesta para presentar a los nuevos colaboradores, ha pensado que podrías acompañarme y así te la presento —me explica y termina encogiéndose de hombros. Mi cerebro aún no logra procesarlo.
¿Es en serio? ¿Voy a buscar otro trabajo? ¿Quiero trabajar para la competencia? Eso sería darle la razón a mi madre. ¿Y si ella se arrepiente y quiere que vuelva? No puedo hacerle esto. Es demasiado precipitado.
—¿En qué piensas?
Levanto la mirada hasta que mis ojos se encuentran con los de Aitor.
—En nada —musito. Él permanece distante, me mira de arriba abajo y sonríe.
—Eso no te lo crees ni tú. Venga, suéltalo.
—Es solo que... creo que nos estamos precipitando demasiado —admito resignada. Aitor alza las cejas expectante, pero no comenta nada, así que continúo hablando para rellenar el silencio—. ¿Y si mi madre se arrepiente y...?
—No habrá cambiado nada, Elisabeth —exhala con cansancio. Una punzada en el pecho me hace poner una mueca, tiene razón.
¿Dónde quedó mi amor propio? Aunque me duela, sé que distanciarme de mi madre es lo mejor para mí. Ya me ha quedado muy claro que ella no me valora, merezco mucho más de lo que ella me ha dado. Merezco que me acepte y me quiera como soy, que valore mi esfuerzo y deje de presionarme.
Me quiero, y por eso estoy haciendo esto. No volveré a agachar la cabeza.
—Está bien —acepto forzando una ligera sonrisa que termina siendo sincera. Este es el primer paso y, aunque duela, estoy muy orgullosa—. ¿Crees que le caeré bien? —pregunto tratando de no sonar muy insegura. Aitor me mira con las cejas alzadas.
—¿A mi jefa? —pregunta y sonríe cuando asiento—. Le vas a encantar.
—¿Le has dicho que trabajaba para Eloísa? —pregunto. Bien, he pasado de llamarla mamá, a llamarla por su nombre. Estoy dando pasos gigantes.
Aitor pone una mueca y asiente.
—No le ha hecho mucha gracia, pero créeme que cuando te conozca, le dará absolutamente igual.
—Eso espero.
El ambiente está enrarecido. No es incómodo estar con Aitor, pero tampoco lo contrario. Después de lo que pasó, no sé cómo actuar.
Aitor ha empezado a hacer la comida mientras yo terminaba de guardar la ropa, la verdad es que mi armario nunca ha estado tan colorido como lo está este. Conforme iba guardando las prendas, pensaba en cómo combinarlas, definitivamente usar esta ropa va a ser difícil.
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...