ELISABETH
Mi mente ahora mismo es un desastre.
Una parte de mí se ha roto. Mi madre ha traicionado mi confianza y no sé bien cómo asimilarlo. Me siento estúpida por haber confiado ciegamente en ella cuando debí hablarlo con Aitor.
Por otra parte me siento bien, la razón está con sus brazos rodeando mi cuerpo.
Mi cerebro no puede asimilar toda la felicidad que siente mi alma al estar así con él.
—Rubia.
—¿Eh? —abro los ojos y empujo el pecho de Aitor, pero él no permite que me levante. Me ha dicho algo y no me he enterado, hoy he pasado por tanto estrés que estoy agotada, y sus caricias me están llevando al borde de la inconsciencia.
—Te preguntaba si has comido algo hoy —dice usando un tono bajo que no interfiere en mi calma. Lo pienso un momento y, en lugar de responder, escondo el rostro en su cuello. Estar entre sus brazos es lo más reconfortante del mundo, y no quiero moverme de aquí. Pero no creo que pare hasta tener una respuesta—. Rubia...
—No —murmuro y tiro de su camiseta cuando él intenta apartarme con cuidado—. Pero no tengo hambre —digo con fastidio. Su pecho asciende cuando suspira.
—Venga, vamos a cenar —dice intentando apartarme nuevamente, pero yo no accedo—. A Paula le gusta cenar temprano y no creo que tarde mucho en aparecer quejándose —dice con una risa y yo me separo de forma sistemática. Me había olvidado por completo de su sobrina. Espero que no haya escuchado el drama que he liado.
Me levanto con prisa, pero Aitor me sigue y tira de mi mano para estampar sus labios con los míos y darme un beso que me deja atontada. El piercing se hace notar tanto como su mano en mi cadera. Cuando nos separamos por la falta de aire, él me da una tranquilizadora sonrisa de boca cerrada.
Estoy bastante confundida.
¿Hemos vuelto? No, creo que no. Pero ambos nos queremos.
Tal y como había predicho, la niña aparece corriendo por la cocina unos minutos después, por la cara que tiene juraría que estaba dormida.
—¡Eli! —grita acercándose.
No. Eli no. Puede llamarme de cualquier forma menos Eli. Lo detesto.
La niña tira de mi mano para llamar mi atención. Juraría que Iván se equivoca, yo creo que le caigo bastante bien. Me tolera, supongo que eso ya es algo después de todo el drama que he liado desde que está ella.
Aitor frunce el ceño, pero hay una sonrisa que intenta ocultar.
—¿Ya me vas a sustituir? —pregunta con fingido fastidio y la niña suelta mi mano para correr hacia su tío, negando. Él la coge en brazos y la levanta, apartándole el pelo de la cara—. Eso me pensaba.
La niña suelta una risa y se engancha a su cuello, pero mantiene la mirada en mí y la verdad es que me incomoda bastante.
Es una niña de cuatro años, ella no te va a juzgar.
—¿Por qué has llorado? —pregunta curiosa. Aitor tuerce el gesto.
—¿Qué?
La niña no es tonta y yo debo tener el maquillaje hecho un desastre. Sin saber qué decir, miro a Aitor en busca de algo de ayuda.
—Ha tenido un mal día —le responde él y yo pongo una mueca que confirma sus palabras. Cuando habla de nuevo, la niña le mira y sonríe—. ¿Por qué no vas a buscar alguna peli para que se ponga feliz?
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Ríndeme Pleitesía [✔️] [Gallagher #3] [Libros 1 y 2]
RomanceElisabeth es arrogante y orgullosa, tiene el mundo bajo sus tacones; hasta que llega él para romper todos sus esquemas. Cometió el error de enamorarse de la persona equivocada e hizo demasiado daño, pero ha pasado mucho tiempo, ya no quiere ser la m...