Me encontraba viendo como mi supuesto hermano,curaba las heridas que la manada McCall le dejo.
Sinceramente no puedo comprender como después de todo vuelvo a estar con el.
Se supone que debería estar en los angeles viviendo mi vida.
Pero el idiota me arrastro con el,no he intervenido en sus problemas con la manada,eso es su problema.
A pesar de que trato hacerlo en razón,me aburrí.
La manada McCall sabe que no tengo nada que ver con el.
Pero al final sigue siendo mi familia,y tuve que salvarle el trasero.
Era eso o dejarlo morir,aunque ahora cuestionó mi decisión.
Es momento de vivir mi vida sin el.
—Aun lo puedo sentir las garras de Scott,¡Ayúdame!—lo escucho gritar.
—Tu palabra primero.—digo sin despegar mi mirada del celular.
Hace unas horas le había comentado que me iría.
Que seguiría con mi vida,pero necesito su palabra y saber que no irá por mi.
Que no me seguirá.
—¿Y que te hace pensar que no voy a romper mi palabra?.—pregunta cínicamente.
Despegó mi mirada de mi celular para verlo.
—¿Quieres que seamos amigos?.—pregunto.
La verdad ni hermanos parecemos.
Tal vez siendo amigos demos mejor resultado.
Era lo que el quería,que además de hermanos seamos amigos.
—Amistad,fase uno.—continuo levantando un dedo.— Demuéstrame que puedo confiar en ti.
—Te salve la vida,Dos veces.—dijo enojado viéndome.
—Porque tu la pusiste en peligro,Dos veces.—le contra digo.—¿Por qué no puedes simplemente hacer algo decente por una vez?
Suspiro viéndolo con un poco de rencor.
—Porque Scott McCall trato de matarme.—me grita.
—Todos hemos intentado matarte.—confieso lo obvio.—Y tú has intentado matarnos a la mayoría de nosotros.—Me levanto del sofá para dar leves pasos hacia el.—¿Cómo piensas que mereces mi amistad cuando no has hecho nada para ganartela?.—le reclamo con enojo.
Se levanta rápidamente avanzo hacia mi.
—¡No me obligarás tu,ni ningún otro!.—me grita a la cara.
—¿Que es lo que te pasa?—.pregunto enojada.—¡Estoy yendo por ti a pesar de todo lo que has hecho y sigues queriendo salirte con la tuya!—Lo veo directo a los ojos.—¡Dios! Siento pena por ti.—me doy vuelta para irme.
—¡No me des la espalda!.—me grita avanzando para quedar enfrente mío.
—¡Debería haberte dado la espalda hace años!.—le grito enfadada.
Veo su expresión dolida y como sus ojos se llenan de lágrimas.
Me doy vuelta disculpa a irme de una vez.
— Perdón...—lo escucho murmurar.—Eres libre de mi,tienes mi palabra,lo prometo.
Me detengo en seco antes de verlo.
—¿Que...?—pregunto en un susurro.
El avanza hasta quedar frente a mi.
—Eres libre hermana.—me explica.—Sigue tu vida,vívela,la mereces.—Deja un beso en mi frente.—Te quiero hermana.—me sonríe débilmente antes de pasar por mi lado.
No puedo reaccionar.
Un sentimiento de felicidad me llega a mi.
—Soy finalmente libre.—murmuro con una sonrisa emocionada.