La Diosa del Río

El regreso.

BARBARA:

Pablo me besó, y yo correspondí a aquel beso... Pablo era muy dulce, fue tierno, pero luego fue subiendo de nivel, pasando a ser más intenso, mas apasionante, rodeé el cuello de Pablo con mis brazos y él enredo una mano a mi cabello, la otra la mantuvo en mi rostro, y así se dio nuestro primer beso.

Si, el primero... Pablo siempre me había respetado, tuvo miles de oportunidades para besarme antes y sin embargo no lo hizo, se que estaba esperando un momento especial. Y este fue el momento, ambos nos dejamos llevar, fue un beso a decir verdad esperado, no lo voy a negar; sentía curiosidad y deseo de probar sus labios, y ahora que lo había conseguido, fue realmente mágico, mientras duró...
Puesto que fue interrumpido por alguien que llamaba a la puerta.

-Pablo están llamando. -me separo sutilmente de el.

-¿De verdad? Que inoportuno. -se queja, me mira lleno de complicidad, se levanta y desganado se dirige a la puerta, la abre y escucho que conversa con alguien. -Si descuida, esta aquí, yo se lo doy. -acto seguido vuelve a entrar y se acerca con un sobre en manos.

-¿Quién era? -pregunto jugando con los rulos de mi pelo.

-El guardia inoportuno, te llegó esto, un telegrama -lo tomo en seguida ya suponiendo quién era el remitente. Pablo me mira curioso, inspecciona el sobre con la mirada, lo abro y empiezo a leer, es un telegrama de Federica Pernalete si, mi ahijada.
Todo este tiempo fuera estaba al tanto de todo lo que ocurría en el Arauca entero, gracias a Federica, ella me mantenía informada de todo y a cambio le mandaba una buena comisión. Empiezo a leerla en silencio:

"MADRINITA:

Querida madrina te remito este telegrama para informarte acerca de dos noticias, una mala y la otra peor.
Opte por contarte primero la mala, Marisela Barquero tu hijita, saco en anuncios de los periódicos que esta buscando un comprador para la Barquereña, si. Esta pensando en vender la hacienda, quienes dicen por ahí piensan que se ha vuelto loquita, y no se equivocaron ahí te va la peor... Ayer por la tarde intentó matarse, las terneras la encontraron en la chusmita, se había cortado las muñecas con un cuchillo, Mariselita esta siendo atendida por Arias, en el pueblo rumorean que lo hizo por despecho por que el Dr. Luzardo la había dejado...."

El telegrama seguía pero yo francamente no podía continuar leyendo; me quedo congelada. Llevo una mano tapando la boca.