Verdad... o consecuencia

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SANTOS:

Después de haber salido del cuarto de Bárbara espere a que Destefano se alejara, fingí irme hacia la sala pero apenas lo perdí de vista, retorne a su habitación.

No podía evitarlo, era más fuerte que yo, tenia que estar con ella... Al entrar me percate de que ella estaba despierta y apunto de levantarse de la cama, no sé porqué no me sorprende, Bárbara odia estar de reposo, y se que por más de que diga algo, no me hará caso, al fin y al cabo terminará haciendo lo que le venga en gana y se levantara.
Empezamos a charlar y estuve apunto de besarla, hasta que el momento se vio interrumpido, gracias al insufrible de Pablo.

Empezamos a charlar y estuve apunto de besarla, hasta que el momento se vio interrumpido, gracias al insufrible de Pablo

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¿Qué no le enseñaron a tocar antes de pasar?

-¿Interrumpo algo? -indaga, sonrío para mis adentros al ver su expresión.

-Si -afirmo.

-No -niega Bárbara al mismo tiempo que yo afirmaba.

-Perdón, yo pensé que estabas sola Bárbara, te... Traía un jugo, pero... No yo... Mejor los dejo para que... -decía él. Si, mejor vete idiota.

-No, Santos... Santos ya se iba -agrega Bárbara, la miro sorprendido no tenia la más mínima intensión de retirarme.

-¿Qué? no yo... -digo pero Bárbara me da un golpe con el codo, a la altura de las costillas que me hace quejar. -Está bien, ya me voy -me quejo, y miro a Bárbara echando chispas por los ojos, luego miro altaneramente a Destefano, no creas que esta me la has ganado idiota. Posteriormente salgo de la habitación, cerrando fuertemente la puerta. Pero sin embargo no me voy del todo, me quedo ahí plantado en la puerta, con la oreja pegada a ella, tratando de oír lo que esos dos tenían que hablar.


BARBARA:

Nunca he deseado tanto que la tierra me tragara como en esta oportunidad. De verdad no sabía en donde meter mi cabeza, si huir o simplemente darme un tiro en la cabeza ahora mismo. Bajo la mirada un instante, de verdad me estaba afectando este cargo de consciencia que tenía en la cabeza. Pablo carraspea con la garganta para que levantase la vista hacia a él, y en cuanto lo hago me extiende amablemente la bandeja para que tomara el vaso con jugo.

-Gracias... No debiste de molestarte -agradezco y tomo del vaso.

-Sabes que cuando tenga que ver contigo nunca es molestia -susurra, vaya... ahora es él quien baja la mirada, esto esta mal ¡Muy mal!.

 ahora es él quien baja la mirada, esto esta mal ¡Muy mal!

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La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora