La Diosa del Río

Por odio y por amor

MARISELA:

Estaba en la sala, comiéndome una manzana y pensando en lo conversado con Gonzalo y Tigre, los pude convencer de que si querían venganza, también deberían de enfrentarse a la temible Doña Bárbara, bueno en realidad solo convencí a Gonzalo, él se encargo de convencer al idiota de Tigre.

Nunca me había comportado así, y se que estoy haciendo mal, y más por que se que estoy actuando en contra de Bárbara, de mi madre... No se en que momento llegamos a esto, no se más bien ¿En qué momento llegue yo a esto?
Estaba tan concentrada que no me di cuenta de que los niños estaban mirándome, hasta que la más pequeña se abraza a mi, los había dejado de lado en todo el tiempo, no se que me pasa, no se en que me estoy convirtiendo. Pero no quiero que ellos sufran, justamente por eso; hoy me dedico plenamente a pasar tiempo con ellos, jugamos hasta caer rendidos al sueño los cuatro.

BÁRBARA:

-JAJA para, para Pablo no -de repente aquí estábamos, jugando como unos niños, me escapo corriendo por la sala -Para ahí mismo que tengo un fuete y no titubearé en usarlo -amenazo muy seria, me encontraba a considerable distancia de él, que lleva la mano a su estomago y ríe agitado.

-No más ataques de cosquillas, uff -sonríe y se deja caer al sofá, suspiro también, y bajo la guardia, él me mira sigilosamente, yo me acerco llevando el fuete a su barbilla, haciendo que levante la mirada.

-¿Sabes lo que acabas de hacer? -digo seria.

-Si... -traga saliva mirándome con algo de ansiedad y nerviosismo.

-Sabes que me atacaste por la espalda, y me hiciste cosquillas cuando no estaba en guardia -niego con la cabeza tras un sonidito desaprobador.

-¿Y qué va a hacer al respecto Doña?

-Sabes cuál es el castigo...

-Dijiste que no me lastimarías -pone un pucherito y tengo que contenerme para no reír.

-Te lo buscaste, además dijiste que te atendrías a las consecuencias