Consuelo en otros brazos

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SANTOS:

Traté, de veras que traté de luchar contra mis impulsos. Pero la verdad no pude y aquí estoy... En la hacienda de Bárbara.

Ingresé por la entrada principal, donde unos peones me cerraron el paso de inmediato.

-Dr Luzardo... ¿A qué viene su cordial visita? -preguntó uno de ellos. Bajo del caballo, acaricio a mi semental, mientras maquinaba como convencer a estos hombres de dejarme pasar.

-Vine a ver a su patrona. -respondo, directo y conciso, bien. Aunque esa respuesta era más que lógica, y tal vez acabo de quedar como un tonto delante de los peones.

-La patrona esta descansando Doctor... Y ha mandado a decir que nadie la moleste -dice el otro peón. Suelto un bufido.

-Pff, pues quizás se le olvidó que tenía que venir a verla... Es decir, tenemos que hablar de algo muy importante y pues... No les gustaría que su Patrona se enterase de que no me dejaron pasar y luego los corra ¿No? -lo sé, estoy mintiendo, pero solo es una mentirita piadosa. Los dos peones cruzan miradas, sopesando lo que acabo de decir, luego uno de ellos mira para atrás, donde estaban otros peones, finalmente me dan el paso.

-Bien Don Santos... Pase usted -agrega por último, sonrío victorioso. Le doy unas palmadas en el hombro y sin darles chance a que se arrepientan, me adentro a la casa grande. A decir verdad, la parte difícil recién vendría ahora.
Trato de ingresar en completo silencio, no hay rastros de Bárbara por la sala, asumo que está en su cuarto, descansando como lo dijeron sus peones anteriormente, así que con pasos precavidos, me acerco hasta su habitación.
Sin siquiera animarme a llamar a la puerta,
me meto sigilosamente a su recinto, por que sé perfectamente que si llamaba a la puerta, ni en mis mejores sueños me dejaría entrar. Una vez dentro, primero echo una rápida mirada al lugar, Bárbara estaba en la cama, sumida en un profundo sueño al parecer, ya que no reparó en mi presencia. Cierro la puerta tras de mí, despacio para no llamar su atención, y luego me acerco a la cama.

La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora