¿Confusiones?

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SANTOS:

No se ni como, ni en qué momento ocurrió. Abro los ojos lentamente, traía un dolor de cabeza horrible. Lo único que sé es que tanto Bárbara, como yo; nos rendimos al sueño. Amanecimos recostados en el sofá, yo la envolvía en brazos y ella dormitaba en mi pecho. Pese al dolor de cabeza infernal, se sentía bien tenerla en mis brazos.
Intento hacer una imagen mental y recordar lo ocurrido la noche anterior.
Ah si, ya lo recuerdo... Después del abrazo que le di a Bárbara, ella se aferró a mí. Nos quedamos inmersos en ese abrazo, durante quien sabe cuánto tiempo. Hasta que por fin la tomé del rostro, la observé meticulosamente, ella traía los ojos rojos, desvió su mirada, no quería que la viera de esa forma, la conozco tan bien.

 Hasta que por fin la tomé del rostro, la observé meticulosamente, ella traía los ojos rojos, desvió su mirada, no quería que la viera de esa forma, la conozco tan bien

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-Necesito un trago. -agregó ella, casi escabulliéndose de mis brazos.

-No creo que sea buena idea -digo dubitativo.

-Digas lo que digas de igual forma necesito un trago. -dice con altanería en el gesto, con paso decidido se acerca a una mesa, en ella habían algunas botellas y unas que otras copas, observa todo como no decidiéndose por cual bebida optar.

-Con lo cabeza dura que eres... Se que de igual forma lo harás. -me acerco a ella, y me adelanto a tomar las copas. Tomo dos, le hago un gesto para que sujete su copa, termino por elegir yo la bebida, un poco de whisky estaría bien, le sirvo solo unas rayas.

-Por Dios, Santos. -se quejó por el poco contenido en su copa, se apresura en acabar con su bebida, de un solo shot.

-Ey... Despacio. -la regañé queriendo quitar de sus manos la copa pero se aleja.

-No eres mi padre, Santos Luzardo. -se burló, mientras se vuelve a acercar, esta vez para arrebatarme la botella de whisky de las manos, y servirse más en la copa.
Maldita sea... ¿Tanto le afecta ese idiota? ¿Por eso es que esta así? ¿Lo ama? Millones de incógnitas pasaban por mi cabeza.

-No va a solucionar nada bebiendo Doña... ¿Qué es lo que quieres? ¿Emborracharte al igual que ese idiota? -bramé, las palabras me salían solas.

-Si -replicó ella como si nada, rayos... Me siento frustrado. Sentía tantas ganas de evitar que pasara esto. Observé a Bárbara y veo sus facciones, a leguas se notaba deprimida, su mirada delataba decepción mas que nada.

-Bien... Si quieres emborracharte pues hazlo, eso no va a cambiar nada. -Esta vez soy yo quién le quita la botella de whisky de las manos.

-Deja los sermones para tus hijos, Santos. No soy ninguna niña, se lo que hago... Y si se me da la gana de emborracharme o no, es mi problema, no el tuyo. -me observó desafiante, mientras tomaba asiento en el sofá con su copa en manos.

La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora