Fuerza de voluntad

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SANTOS:

No me pude resistir, fui hasta al Miedo, con la intención de verla, saber que estaba bien, y si no necesitaba algo.
Llegué y me escabullí para que los peones no me vieran entrar, logré hacerlo y me refugie en la sala.

Tuve mucha suerte, a pesar de ser algo tarde, la veo bajar. ¡Wow! Llevaba puesto un camisón negro, demasiado transparente, la veo caminar concentrada hacia la cocina, tanto que ni se percata de mi presencia, salgo de mi escondite y la sigo, despacio... Espero un momento más y escucho que habla. Rayos, ya sintió mi presencia. Así que no tardo en aparecer frente a ella.

-¡Bárbara soy yo! -articulo con las manos en alto, ella tiene un arma en las manos, abre la boca sorprendida, yo no puedo evitar recorrer su cuerpo con la mirada me es inevitable, parece darse cuenta y frunce el ceño, abre la boca y se que se viene la tercera guerra mundial.

-¿Te das?... Santos, dos... Solo dos segundos más y te iba a terminar por volar la cabeza de un balazo ¿Te has vuelto loco?

-Si -contesto rápidamente moviendo la cabeza y aunque traté no pude apartar la vista de ella, de su cuerpo escultural

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-Si -contesto rápidamente moviendo la cabeza y aunque traté no pude apartar la vista de ella, de su cuerpo escultural.

-¿Que demonios haces aquí? -indaga ella, intento decir algo pero fracaso en el intento estoy demasiado embelesado mirándola. -¡Santos! Te estoy hablando -se queja

-Ahmm.. ¿Tan solo podrías bajar eso? -digo mirando al arma, sólo para disimular. Ella rueda los ojos, y baja el arma sobre la mesa y sujeta con ambas manos su vaso.

-Aún no me has respondido ¿Qué se supone que haces aquí? -me mira esperando una respuesta, y solo pienso en decir lo que realmente vine a hacer.

-Aún no me has respondido ¿Qué se supone que haces aquí? -me mira esperando una respuesta, y solo pienso en decir lo que realmente vine a hacer

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-Sólo... Yo... Sólo quería cerciorarme de que todo estuviera bien, de que estabas bien... Me entere que... Estabas sola -paso una mano por mi cabello con nerviosismo, y muevo mi pie derecho de un lado a otro.

-Juan primito... -murmura entre dientes ella, niega con la cabeza, wow es tan bella cuando se enoja.

-No, Juan primito no tuvo nada que ver -trato de defender a mi aliado.

La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora