Después de la tormenta...

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SANTOS:

La tenía tan cerca, a escasos centímetros de mi. Sentía tantas ganas de abrazarla, besarla, pero no lo iba a hacer, primero quiero ganarla, conquistarla... Recuperarla nuevamente.

-Bárbara escúchame... Yo , yo que en el pasado me he comportado como un déspota contigo, se que te he hecho daño. Que te hice sufrir y no estuve ahí cuando me necesitaste, se que cometí errores y créeme, los sigo cometiendo. Se que soy un imbécil y que tal vez te he perdido, pero si de algo estoy seguro es de lo que hay aquí. -tomo su mano y la llevo a mi pecho, en dirección a mi corazón. -Bárbara te amo, te amo y... -la interrumpo antes de que diga algo. -Se que lo que vas a decir, que ya es tarde... Pero no lo es, Bárbara nunca es tarde para volver a comenzar, para volver a amar, yo solo quiero que nos demos una oportunidad, quiero volver a enamorarte, volver a conocerte, porque siento que realmente nunca me di el tiempo para conocer a la Bárbara que está detrás de esa coraza, detrás de ese gesto duro.  -la miro, sus ojos parecieran aguarse, pero por la lluvia no se puede diferenciar nada. Ella aparta su mano y se aleja suavemente de mi.

-¡Santos escúchate! todos cometemos errores, yo cometí muchos y no soy hipócrita como para juzgarte, pero... Esto no puede ser ¿Entiendes? Nuestro tiempo ya pasó Santos...

-No pasó Bárbara... Yo...

-Déjame terminar... -me interrumpe. -¡Santos no es tan simple! -agacha la mirada y cierra los ojos, se mantiene así durante unos segundos, hasta que luego levanta la mirada y me mira. -Crees que por el hecho de traerme aquí, a la fuerza por cierto, decirme palabras bonitas y que me amas... ¿Bastara para arreglarlo todo? No es tan simple si así lo crees, otra vez te equivocas conmigo Santos Luzardo, no voy a lastimar a Marisela otra vez; ella es una gran mujer por que misma la forjaste y la moldeaste a tu antojo, la disfrazaste de señorita y la hiciste una obra tuya, ella te ama y no voy a permitir que la lastimes y menos a mis nietos, Santos tienes una familia, no estas como para estos arrebatos, te estás equivocando de vuelta. Crees que me amas pero no... -ella empieza a caminar, estamos empapados, la lluvia cae cada vez mas fuerte, la tomo del brazo:

-Yo te amo. -digo con determinación, la miro directo a los ojos, deteniéndola.

 -digo con determinación, la miro directo a los ojos, deteniéndola

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La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora