Guerra declarada.

684 37 4
                                    

SANTOS:

Realmente me sentí devastado al oírla decir todo eso.
Lógicamente iba a acercarme poco a poco, empezando por ser su amigo, ir ganándomela de vuelta... Yo que a pesar de todo aún siente algo por mi y por ese algo es que aún conservo las ganas de seguir luchando por ella. Por mi Bárbara.

Llegue al Altamira y unos pequeños traviesos me reciben con abrazos, los cargo uno a la vez y les doy una vuelta por lo alto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llegue al Altamira y unos pequeños traviesos me reciben con abrazos, los cargo uno a la vez y les doy una vuelta por lo alto.

-¿Qué hacen por aquí solitos? ¿Donde esta su mami? -ellos intercambian miradas.

-Mamá no está. -me responde el mayor.

-¿Salió temprano? -pregunto de nuevo y pasamos adentro.

-¡Buenos días Patrón! ¿Le sirvo un cafecito? -Casilda me saluda automáticamente, adivinando lo que le iba a pedir.

-Buenos días Casilda por favor... ¿Sabes si Marisela llego a dormir? -justo cuando iba a contestarme Marisela aparece.

-¡Buenos días familia! -una extraña Marisela hace acto de presencia, cruzando el umbral. -Santos, Santitos que guapo estas hoy... ¡Hip! -me acerco a ella y apesta a alcohol, los niños la miran consternados. Le dirijo una mirada a Casilda, quién entiende mi indirecta y distrae a los niños llevándolos al patio.

-¿Marisela estuviste bebiendo? -cruzo los brazos indignado totalmente.

-Una migajita así. -vuelve a emitir el sonido que delataba que tenia hipo, desapruebo con la mirada.

-¿Que clase de ejemplo le quieres dar a tus hijos? Marisela estas no son horas de llegar y ¡más en estos estados! -la regaño.

-¡Ay Santos no me des sermones que no eres mi padre! -tambalea, pero se sostiene por la mesa.

-¡Pues como si lo fuera! Así que ahora mismo vas a darte una ducha bien fría y mandare a Casilda a que te prepare un caldo y un café bien cargado... Y no quiero excusas ni peros... Ahora es ahora. -ordeno de mal humor.

-Uy si Bárbara no te hace caso no lo remates por mi... -se queja y sube a duras penas para su cuarto.

Dios ¿Que le pasa a Marisela? En su sano juicio jamas hubiera hecho tal cosa, la desconozco totalmente, esta no fue la niña que crié, ni forje...
Quizás ese fue el problema, la eduque, cuide y quise como un padre, quizás nunca la quise como mujer, en realidad siempre la veía como una niña que necesitaba, protección, educación; cuidados, y me concentre en ser el héroe que ella soñaba. Pero... Ella nunca fue o al menos ahora me doy cuenta de que no es lo que yo pensaba, Marisela esta tan cambiada últimamente.

La Diosa del RíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora