Tiempo

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El aire no parecía llegar a mis pulmones y sentí que me estaba por caer, me desequilibró un poco, causando que los tres chicos frente a mi intente acercase para evitar que callera.
 
- Hola, Cornamenta - hable intentando retomar la compostura, este sonrió alejándose de nuevo, mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón.
 
- ¿No vas a saludarme a mi? - mis ojos se llenaron de lagrima al mirarla.
 
- Hola, princesa - dije asiendo una leve reverencia que fue imitada por ella, mis ojos se llenaron de lagrimas <mierda esto es doloroso>.
 
- No, por favor - por fin hablo Remus - no llores, por favor.
 
Los cuatro se acercaron aun más, por inercia acerque mi mano y cuando note lo que hacía la aparte con velocidad.
 
- Los extraño - musite muy bajo, James hizo una mueca y sus ojos se apagaron un segundo.
 
- Y nosotros a ti, ¿como a estado mi merodeadora favorita? - hablo Lily intentando cambiar de tema.
 
- ¿Duele? - solté de golpe, sonrió mirándome con sus intensos ojos verdes.
 
- No y estaremos aquí para recibirte - Sirius miro algo detrás de el antes de hablar.
 
- Cierra los ojos - ordeno, lo mire - ya.
 
- Pero no me grites - entonces escuche unos pasos y un suspiro.
 
- Te deje toda mi fortuna y traes la maldita chaqueta del perro - abrí los ojos mirando a Regulus frente a mi, se veía mucho más grande, ya era un hombre joven como el resto de los merodeadores.
 
- Estilo mata precio, hermano - sonreí al mirarlos.
 
- ¿Como estas? - hablo el pelinegro mirándome.
 
- Bien, me dejaste mucho trabajo - entonces recordé mi leve resentimiento por el nombre de Harry - y tu, le pusiste Harry.
 
- Es un lindo nombre - se excuso el hombre de lentes.
 
- Eres un bastardo, es igual de revoltoso que tu y yo me tengo que encargar de que no la cague - dije con reproche, Lily se rio.

Hable rápido, como si tuviera los segundos contados... como si se fuera a terminar el tiempo.
 
- Te dije que se molestaría - soltó la pelirroja.
 
- ¿Hace bromas? - negué, hizo una mueca - entonces no es un Potter.
 
Dijo con burla estaba por hablar de nuevo cuando el ruido de la puerta me hizo sobre saltarme y soltar la piedra, mire a mi prometido entrar con algunas bolsas.
 
- ¿Estabas diciendo algo? - abrí mucho los ojos girándome de nuevo a los chicos, pero ya no estaban.
 
- No solo... olvídalo.

 olvídalo

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O.S, Lineatus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora