Suegros

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Mire a la rubio acomodar el centro de mesa, no me molestaba en lo mas mínimo, es mas podría decir que me agrada completamente que agregue un poco de su esencia en nuestra casa.

- Amor, Andrómeda mando una carta - camine rápidamente hasta al rubio que tenia una carta en sus manos, intente tomarla pero la aparto - beso.

- Ahg - solté antes de darle varios picos y luego estiré la mano para que la entregara, la sacudió un poco y luego me la dio.

- Madre, ¿me acompañas preparar todo para la cena? - la rubia me miro buscando alguna especie de aceptación por mi parte, asentí mientras ambos salían de la sala.

La abrí encontrándome con que mi ahijado había estado preguntando por nosotros y quería no había citado a una fiesta de te con galletas incluidas. Tomé una hoja y la pluma, escribí rápidamente una aceptación.

Estaba por entregársela a mi lechuza cuando note que esta tenia una carta en sus garras, la tome... era de mi padre.

- Amor, nos ayudas con...

Lo ignore sin dejar de ver la carta en mis manos, el se acerco a mi tocado mi brazo con delicadeza.

- ¿Que pasa? - pregunto sobando desde mi antebrazo hasta mi hombro, levante la carta un poco para que lograra verla - de acuerdo, no tienes porque leerla.

- Lo se no lo haré, pero... a veces quisiera que tu tuvieras una experiencia agradable con tus suegros, como yo las tengo.

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O.S, Lineatus.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora