No tengo que explicarlo.
Tú y yo, sabemos porque estas aquí.
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Para comprender la mayoría de estos, les recomiendo pasar primero por "Lineatus" esta en mi perfil y si vienes de Lineatus, pues hola de nuevo :)
Después de la llegada de nuestro segundo hijo las cosas solos parecían mejorar, había logrado retomar mi puesto de trabajo y mi matrimonio parecía más fuerte que nunca.
- Foster - mire a Tonks con unos papeles en la mano - tienes que leer esto.
Su cara de preocupación me causo un estado de alerta, tome los papeles y los leí en un par de minutos.
"Querida señora Malfoy, como modo de compasión decidimos darle la información de la que parecía carecer. No podemos adentrarnos en el tema, pero creemos que debería revisar su estado de salud... y su árbol genealógico. Atte. Nosotros"
Gire la hoja esperando ver algo que me indicara de quien provenía, pero estaba en blanco.
- ¿A donde llego? - Tonks me mira con angustia.
- Llego a tu casa mientras cuidaba a los niños, Foster... ¿Estas bien de salud? - pregunto ganándose una mirada de duda por mi parte.
- Si, ¿por que no lo estaría?
Ambas guardamos silencio, me miro unos segundos antes de tomar el teléfono y agenda una cita con el médico para dentro de dos horas.
- Es solo una carta de algún loco, no tienes por qué creerlo todo - no le importo, me llevoa rastras hasta el consultorio y me motivo a hacerme un chequeo.
No me sentía preocupada, hasta que el doctor me miro con pena y jugueteo un poco con sus manos. Entre a su cabeza por unos segundos, sentí un nudo en mi pecho y me levante rápidamente para salir de lugar.
Regrese con desesperación hasta mi casa, entre encontrándome con mis padre y mi esposo en la sala, lanzó mi bolso al piso ganandome su atención.
- ¿De qué murió mi madre? - mi padre pareció levemente sorprendido por la pregunta.
- Es una Maldición que se lleva en la sangre, pero no a todas las generaciones les toca y...
Lo mire y su semblante cambió al notar mis ojos cristalizarse.
-No... es casi imposible que toque en dos generaciones seguíadas, tu no... - comenzó a balbucear, ganándose la atención de mi esposo.
- ¿Ella no que? - mire a mi rubio dejando que entrar a mi cabeza, palidesio y sus ojos se cristalizaron - No, no, tu no tienes nada, tu estas bien.
- Draco... creo que no es así.
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