Un final para todo

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Desde que Bruno había despertado, los días ya no parecían tan largos. La percepción del tiempo se aceleraba, y para bien.

Cada día Bruno tenía más avances positivos. No me habría imaginado que se tomaría la recuperación con tanta calma y paciencia, pero así era. Obedecía todo lo que los doctores y enfermeros le ordenaban, casi ni se quejaba de las comidas insípidas, que de solo olerlas desagradaban, y cada vez que entraba a su habitación sonreía sin parar hasta que me iba.

Sospechaba que su positividad se debía a algo más, porque nadie podía ser tan buen paciente en las condiciones que él estaba. No lo dejaban caminar por más de 5 minutos, le hacían exámenes constantemente, le hacían curaciones eternas, tomaba un arsenal de medicamentos que le tenían el estómago achicharrado. Y todo eso sin contar que las dosis de tranquilizantes para el dolor de su herida disminuían más y más, y aunque él no me lo decía, estaba segura de que estaba constantemente en dolor.

No entendía cómo o porque estaba tan tranquilo, así que necesitaba que me explicara cuál era su secreto.

Lo intercepté mientras comía su desagradable papilla de desayuno, parecía un colado de verduras sin ni una pisca de sal, pero él comía como si estuviera de lo mejor.

- Hey ¿Eso no te sabe a mierda? – le pregunté

Soltó una pequeña carcajada.

- He probado cosas mejores, pero también peores

- ¿Cómo logras mantenerte positivo? – pregunté esta vez con una melancolía escondida

Se encogió de hombros.

- He de estarlo ya que volví de la muerte ¿No?

Suspire. Yo también había vuelto de la muerte y había despertado en un hospital horrible del cual no pude salir en un largo tiempo, pero al día 2 ya estaba que me tiraba por una ventana. No podía ver lo bueno en lo malo tal como lo hacía él. Su balanza era distinta a la mía, yo ponía todo lo bueno y lo malo en ella y siempre lo malo ganaba. Bruno dejaba que lo bueno prevaleciera, aunque fuese mucho menos que lo malo.

- ¿Seguro que está todo en orden?

- Tudo joia – respondió en portugués. Significaba que todo estaba bien

Parecía sincero pero yo seguía un poco escéptica.

- Está bien, pero quiero que sepas que si algo te molesta, si estás angustiado, aburrido o triste, no tienes que fingir

Me miró de una forma especial.

- Uno tiene que hacer lo que tiene hacer – respondió

- ¿Qué se supone que significa eso?

Me dedicó una sonrisa y una mirada de naturalidad, como si no significara nada pero al mismo tiempo sí lo hiciera, solo que no era capaz de decirlo.

No respondió de inmediato así que me acerqué y le quite la cuchara con el "alimento". Me forcé a probarlo y tal como suponía, era una porquería.

- Alguien como tú, que está acostumbrado a las comidas deliciosas que prepara tu abuela no puede probar esto y no vomitar – lancé

- No es tan malo, ya me acostumbré

Rodé los ojos.

- Protestar te ayudaría a liberar tensiones

- No me sirve de nada en estas condiciones, no hay nada que pueda hacer para que las cosas cambien

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora