Más cerca

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Con el paso de los días me sentía más y más confundida ¿Había hecho lo correcto? No tenía idea de como sentirme, todo era tan extraño... porque me dolía haber terminado con él, pero tampoco quería llamarlo y solucionar las cosas, me sentía tranquila así y sabía que debía mantenerme firme. 

No tenía muchas ganas de hacer cosas, pero no podía evitar ni la universidad ni el trabajo, estaba obligada a ir y hacer todo lo que debía... pero no tenía la energía suficiente como para ir a entrenar, así que por un par de días no fui. Bruno no tuvo problemas con eso al principio, tampoco se entrometió, solo me dejó ser. Pero de a poco comenzó a llamarme más seguido para convencerme de que fuera al gimnasio, se tomaba su trabajo muy en serio y odiaba perder clases, pero ya no era el idiota de antes, ahora me presionaba pero con cariño. 

Ese día viernes trabaja a medio día, e inesperadamente el Aprendiz apareció en el bar con una sonrisa, algo se traía entre manos. 

- ¿Y esta sorpresa? No me vendrás a arrastrar para que vuelva al gimnasio - le dije 

- No, vengo sin segundas intenciones

- Tú siempre las tienes 

- No vine a hablar de entrenamiento, vine a hacerte una invitación 

Le mire con intriga. 

- ¿A dónde?

- Hoy en la noche estás invitada a pasar por casa de mi abuela, vamos a celebrar un cumpleaños 

Fruncí el ceño. ¿Una fiesta? Era lo que menos necesitaba.

- ¿De quién?

- El mío - dijo como si nada

Me quedé impactada, no tenía idea de la fecha de su cumpleaños. 

- No te creo... ¿Es en serio?

Camine hasta él. Se encogió de hombros manteniendo la sonrisa. 

- Feliz cumpleaños, animal - le dije justo antes de darle un abrazo, el cual recibió

- Gracias, idiota - respondió 

- No puedo creer que sea tu cumpleaños ¿Por qué no me dijiste antes?

- No es algo para presumir, además no era necesario, ahora lo sabes, justo a tiempo para arrastrarte a mi fiesta 

Me quejé.

- Maldita sea, es que... no puedo rechazar eso, es tu cumpleaños

- ¡Lo sé! No tienes como escaparte de esta - dijo orgulloso 

Suspiré. 

- Te odio ¿por qué tenías que nacer? 

- Vamos, no será tan terrible, beberemos, comeremos muchísimo, subiremos a la azotea y... podremos hablar de lo que tu quieras

Con eso me dio a entender que si quería podía contarle sobre lo que había pasado y que me tenía tan triste. 

- No te aburriré con mis problemas en tu cumpleaños

- ¿Aburrirme? Tus problemas son taaan divertidos, es como una película todos los días, me muero por saber qué pasó ahora 

Reí.

- Está vez si es una tragedia, y no tiene nada de divertido 

- Podemos hacer que lo sea, así se solucionan más rápido los problemas, cuando le pones humor 

- No sé si aún sea el momento

- Quizás no, pero sí es el momento de que te pegues una buena parranda, así que hoy ve a casa de mi abuela a eso de las 9 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora