Tortura

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No es necesario entrar en detalles con respecto a lo que pasó luego de esa noche. Insistí en irme, a pesar de que Bruno me ofreció quedarme en su departamento. Pero estaba muy nerviosa (como siempre) y él estaba prácticamente desnudo, torturándome, y yo no sabía cómo controlarme, él quería hacerme caer, yo lo notaba y él no perdía tiempo en ocultarlo.

Me gustaba, el maldito me gustaba. Pero no me gustaba como Evan, no lo quería como a Evan... a Evan lo amaba, a Bruno lo quería en mi cama... y en todos lados si fuera posible. Aunque no solo quería eso, tampoco me iba a engañar y a decir que lo único que quería era tener sexo con él, porque su cuerpo no era lo único que me gustaba, era increíble en todos los sentidos, y no quería dejar de verlo ni por un segundo. 

Básicamente estaba muy confundida, no tenía idea ni de donde estaba parada. De lo único que estaba segura es que a pesar de todo lo que sentía por Bruno... no podía sacar a Evan de mi cabeza, pero no por lo que sentía por él, si no por la culpabilidad. Tenía claro que lo amaba, pero lo que me preocupaba era sentir que lo estaba engañando, a pesar de haber terminado y de llevar tanto tiempo separados, tantos meses sin verlo.

Quería mantener la amistad con Bruno, quería que POR FAVOR dejara de coquetearme como lo estaba haciendo para así poder sentir un poco de paz, para ya no sentir tantas ganas de tirarme encima de él. Me había dejado la responsabilidad de decidir algo, de dar un primer paso, y sentía que me estaba presionando para que lo hiciera, con todo sus coqueteos y acercamientos, pero yo no podía hacerlo.

A los días después de ese episodio, mientras estaba en casa, una de mis vecinas fue a tocar a mi puerta, siempre conversábamos un poco cuando nos encontrábamos en el edificio o en la calle, era muy simpática. 

- ¡Hola! - dije al ver que era ella, su nombre era Lucía, tenía unos 35 años - ¿Cómo estás?

- Muy bien - respondió encantadoramente - ¿Cómo estás tú?

- Genial - dije con un suspiró de "me estoy volviendo loca"

- Vine a hacerte una invitación, dos en realidad

Fruncí el ceño.

- ¿Conoces a la señora Dias? Del departamento 7 

Pensé.

- ¿La que tiene ese adorable gato negro? 

- ¡Sí!

- Claro, ella es muy amorosa, fue de las primeras en darme la bienvenida al edificio, siempre nos saludamos cuando nos vemos por los pasillos 

- Pues qué crees... ¡Se va a casar!

Eso no me lo esperaba. 

- ¿Casarse? Pero yo pensé que estaba casada 

- Con el señor Dias, todos piensan eso, pero ellos jamás se casaron y eso que están juntos desde hace 30 años 

La señora Dias tenia como 70 años. 

- Wow... - dije impresionada - es increíble

- Decidieron casarse ahora, no quieren morir sin haberlo hecho, así que los ayudaremos con todo lo que sea necesario,la ceremonia será aquí en el edificio y en la calle, la cerraremos para que no pasen autor, todos en el barrio van a asistir y la señora Dias me pidió que le avisara personalmente a todos en el edificio que están invitados, así que vine a hacerlo contigo

- Oh, es muy dulce de su parte invitarnos, ahí estaré, sin duda alguna

- Genial, ella estará muy feliz de que vayas, y la segunda invitación es para mañana... le haremos una despedida de soltera 

Quiero Olvidarte (#2) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora